Los memes se han convertido en un componente esencial de nuestra experiencia en internet
Pero un meme es mucho más que la última foto divertida que se ha vuelto viral.
«Recuerdo la primera vez que escuché la frase meme de internet. Me molesté un poco, porque claramente la gente piensa que este es el único tipo de meme que existe», dice la psicóloga Susan Blackmore.
Y es que la palabra meme tiene un origen que no tiene nada que ver con el que le damos ahora.
El término fue acuñado por el biólogo Richard Dawkins en 1976 en su libro «El Gen Egoísta».
El biólogo intentaba comprender por qué algunos comportamientos son tan comunes en las sociedades humanas pese a no tener sentido desde una perspectiva evolutiva.
Por ejemplo, dedicarse al arte o escoger el martirio antes que renunciar a tus ideales no parece representar comportamientos beneficiosos para la propagación de tus genes.
Sin embargo, como bien sabemos, este tipo de comportamientos existen y han existido a lo largo de la historia.
Dawkins explica que poseemos dos tipos de procesadores informativos.
El primero es el genoma o sistema genético, el proceso por el cual las características de los individuos se transmiten a su descendencia.
El segundo es el cerebro y el sistema nervioso. Estos sistemas permiten procesar la información cultural recibida mediante la enseñanza, la imitación o la asimilación.
Según Dawkins, la información cultural, o memes, también se replica.
Así que el meme sería el análogo al gen en cuanto a transmisión cultural.
Algunas de estas ideas son increíblemente poderosas. Por ejemplo, Dawkins considera que la religión es el meme definitivo, ya que se transmite con mucha facilidad.
Para que un meme sobreviva y se extienda debe tener atributos que le den ventajas sobre otros memes.
Dawkins explica que la idea de que existe vida tras la muerte es muy contagiosa, ya que como la mayor parte de las personas tiene miedo a morir es probable que la creencia en un más allá se extienda y se convierta en una idea popular.
Y al igual que los genes, estas ideas van evolucionando a medida que se transmiten.
Celine Dior
Reilly es un ilustrador y artista de memes
«Muchos de los memes que he creado recibieron atención al principio, pero luego se quedaron un poco parados», explica. «Así que pensé que a lo mejor no eran tan graciosos».
«En 2017 tuvo lugar un desfile de modas en París de la marca Dior. En aquel momento (la cantante) Celine Dion estaba muy de moda, todo el mundo hablaba de ella».
«Así que cuando vi una foto de ella con un bolso de Dior, modifiqué la foto para poner el logo de Celine encima en dorado, para que en el boso se leyera «Celine Dior».
«Lo publiqué en mi cuenta y me fui a dormir. Cuando me desperté, mi celular estaba inundado de notificaciones. Resulta que Dior había compartido mi imagen y se había vuelto viral», explica Reilly.
Por alguna razón, este meme había resultado extremadamente popular.
Memes replicadores
Dawkins afirma que las ideas están claramente en competencia unas con otras, así que quizás haya un proceso de selección en curso, análogo a la selección natural, a través del cual algunas ideas se vuelven exitosas y se diseminan mientras que otras se extinguen.
La psicóloga Susan Blackmore afirma que para entender por qué algunos memes tienen éxito y otros no hay que entender el proceso de replicación.
«Los genes son replicadores. Cuando los animales se aparean o las semillas de una planta crecen, están copiando información con algunas variaciones», explica.
«Debido a la gran presión de la selección natural, mucha de esta información muere. Esto ya lo explicó Darwin en ‘El origen de las especies’ en 1859″.
«Y esto es lo que pasa con los memes. Toda la información que recibimos durante el día, todos los libros que leemos y los programas de radio y televisión que vemos están compitiendo por nuestra atención«.
«Al final del día hemos olvidado la mayor parte de esta información. Pero unos pocos memes tienen éxito y son compartidos por millones de personas».
«Así que lo que ocurre con los memes es realmente lo mismo que ocurre en biología«, concluye la psicóloga.
Tomado de BBC Mundo