Crucemos los dedos

Si es aplicado conforme a la propuesta inicial, el plan para escalonar la entrada y salida de los empleados públicos en el Gran Santo Domingo debería conllevar a una cierta fluidez del tránsito de vehículos de motor entre las 6:00 y las 8:00 de la mañana y las 3:00 y la 5:00 de la tarde.
Pero esta medida tiene que ver apenas con servidores públicos, de los cuales puede ser relativamente fácil decir cuántos son y dónde están.
También pudiera ser predecible el comportamiento en las calles de los empleados de empresas formales, y una vez afianzado el proceso anunciado para hoy, intentarlo también con el sector privado.
Los trabajadores por cuenta propia, integrantes de una economía mayoritariamente informal, según estadísticas recientes, tal vez flexibilizan su comportamiento en las calles y se ajustan a los cambios impulsados desde instancias del Gobierno con la finalidad de romper el tapón permanente en el que temen muchos que puedan convertirse las calles y avenidas del Gran Santo Domingo, particularmente de lunes a viernes.
Desde el Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre serán aplicados, al parecer al final de esta semana, algunos cambios del tráfico de vehículos en intersecciones del denominado Polígono Central.
Incluyen la restricción del giro a la izquierda, una medida que ha recibido bastante difusión y que ojalá sea entendida por muchos despistados que prefieren enterarse de los cambios de manera práctica.
Todos deberíamos hacer votos por el éxito de estas iniciativas, que en algunos casos pueden llegar a ser incómodas por los cambios en el uso de las vías.
Lo otro es estar dispuestos a permanecer horas en las calles de una gran ciudad embotellada sin ni siquiera la iniciativa de una autoridad a la que de todos modos terminaremos cargándole la culpa.