Aún en democracias maduras, como la de República Dominicana, el ejercicio del periodismo arrastra grandes riesgos, ya que los periodistas suelen ser las figuras que le dan el frente a quienes se apartan de las normas legales.
El latente autoritarismo enquistado en instituciones propias del Estado también incita a los diversos tipos de agresiones contra los periodistas.
En algunos países del hemisferio muchos de los crímenes contra periodistas son propiciados por el crimen organizado y por la colusión de narcotráfico con la política.
El problema se agrava por la impunidad en la que cae la mayoría de los casos de crímenes contra periodistas.
República Dominicana es de los escasos países en los que finalmente se condenó a los asesinos de un periodista, pero para que se pudiera dictar una sentencia definitiva en el caso de Orlando Martínez, la sociedad debió esperar más de 25 años.
Hoy se conmemora el «Día internacional para poner fin a la impunidad de los crímenes contra los periodistas».
La UNESCO ha preparado un documento sobre las tendencias mundiales en materia de libertad de expresión y desarrollo de los medios de comunicación en el que revela que el 87 por ciento de los crímenes contra periodistas han quedado impunes.
En los últimos cinco años la UNESCO registró 400 asesinatos de periodistas en todo el mundo, frente a los 491 de 2011 a 2015. Aunque los asesinatos de periodistas disminuyan en todo el mundo, cada vez son más víctimas de otras innumerables amenazas, que van desde el encarcelamiento, el secuestro, la tortura y otras agresiones físicas hasta el acoso, especialmente en la esfera digital.