Corregir y no reparar

Corregir y no reparar

Corregir y no reparar

Alberto Rodríguez

Regresar a la prensa con mi columna, la cual nació en “La Nación” y luego se publicó en el “Hoy” es agradable. Aquí de vez en cuando estaré plasmando mis opiniones de temas importantes y siempre en defensa de los mejores intereses del deporte y el país..
Siempre he creído que es mejor corregir antes que reparar, creo en eso..

Por eso desde esta tribuna les advierto a los socios de la Liga Dominicana de Béisbol que debemos proteger el torneo, sin dudas, sigue siendo el pasatiempo nacional de los dominicanos.

En cada torneo veo como se maltrata a los fanáticos, principalmente a los abonados, que deberían ser los más privilegiados debido a que adquieren sus boletas con tiempo y muchos de ellos por el torneo completo, lo que les garantiza a los equipos tener flujo de caja temprano para cubrir algunas de sus operaciones..

Hago este preámbulo por un escenario del que fui testigo en el estadio Quisqueya. Algo que nunca pensé que vería en un estadio donde se juega béisbol profesional, y en 2014.

Ver un señor de más de 70 años tener que entrar por un agujero porque una de las puertas de entrada estaba cerrada, por una situación que aun no entiendo, aunque debo decir que el administrador del parque, Parmenio Rodríguez, trató de forma educada de explicarme..

Después de ver al señor, observo al abogado y amigo Mario Guerrero Heredia subirse por una de las paredes para poder entrar, por la misma situación narrada por quien suscribe anteriormente.

Guerrero es un ferviente fanático del Licey, conocido por todos los que asisten al play con regularidad..

Quizás la pasión por el béisbol los hizo hacer todo lo que hicieron para entrar al estadio, desde agacharse para entrar por un hoyo, hasta treparse en paredes como si fuera el hombre araña para ingresar, pero esto es algo insólito en un evento de esta naturaleza.

Es una pena que todavía no entiendan que el fanático es la materia prima principal del evento y que tampoco puedan asimilar que con situaciones como esta el aficionado se desencanta y deja de ir a los estadios.

En los Estados Unidos el fanático VIP, lo que aquí pudiera traducirse como abonado, se trata con cariño, lo hacen sentir parte de la organización. Debemos de copiar lo bueno de MLB, de lo contrario a los fanáticos no les quedara de otra que quedarse en sus hogares o en otro lugar donde se les trate decentemente.

Pienso que tenemos tiempo para recapacitar y darle el trato que el fanático merece, de lo contrario estamos apostando a la caída del béisbol dominicano y entonces todos seremos los culpables de que esto suceda.



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