Su nombre es Hudea de 4 años, quien al tomársele unas fotos levantó las manos pensando que le apuntaban con un arma. La imagen fue tomada en el campo de refugiados de Atmeh, en Siria.
“Me di cuenta que estaba aterrorizada después de que vi la foto porque se mordió los labios y levantó las manos.
Normalmente los niños salen corriendo, esconden sus caras o sonríen cuando ven una cámara”, contó el fotógrafo.