Este año la República Dominicana celebra medio siglo de cuatro hechos que han influenciado muy positivamente el desarrollo de nuestro país: la celebración de las primeras elecciones democráticas, la constitución de la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED), el Movimiento de los Cursillos de Cristiandad (MCC) y la fundación de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM).
La CED fue el resultado de un proceso de desarrollo de la Iglesia Católica Romana Dominicana que comenzó con la consagración de Mons. Octavio Antonio Beras en 1945 como Arzobispo Coadjutor de la Arquidiócesis de Santo Domingo, que en ese entonces abarcaba todo el país.
Nueve años más tarde -en 1954- fue consagrado Mons. Hugo Eduardo Polanco Brito como obispo de Santiago de los Caballeros, Diócesis creada el año anterior, junto a la restauración de la Diócesis de la Concepción de la Vega y la erección de la Prelatura de San Juan de la Maguana.
Para La Vega fue consagrado en 1956 Mons. Francisco Panal y Mons. Thomas F. Reilly como encargado de San Juan de la Maguana. Por último, en ese periodo, fue creada la Diócesis de Nuestra Señora de la Altagracia en Higüey en 1959 y consagrado como su primer obispo a Mons. Juan Félix Pepén.
Son estos obispos, junto al Arzobispo de Santo Domingo, Mons. Ricardo Pittini, quienes firman la Carta Pastoral del 25 de enero de 1960 denunciando la represión del régimen trujillista, autentica señal de identidad de la madurez e integridad del episcopado dominicano que dos años después crean la CED, la cual no llegó a ver Mons. Pittini por su fallecimiento a fines del 1961.