Comunidad de Villa Altagracia a espera de ‘revolución educativa’

Comunidad de Villa Altagracia a espera de ‘revolución educativa’

Comunidad de Villa Altagracia a espera de ‘revolución educativa’

Villa Altagracia.La tan mencionada “revolución educativa” aun no llega al empobrecido sector La Represa de Isa, perteneciente al distrito municipal La Cuchilla, en Villa Altagracia, a unos 45 kilómetros de la Capital.

Esta comunidad cuenta con dos centros educativos. Uno es el liceo secundario Profesor César Ever, donde 110 estudiantes del nivel medio reciben clases en condición de hacinamiento, ya que tiene cuatro aulas y una adicional que es la más grande, el patio.

Los más de cien jóvenes deben compartir un mismo baño y no tienen sistema informático ni otras comodidades para sus estudios.

La precariedad del centro contrasta con la piscina de un lujoso club campestre, dividido por una cerca.

Esperan visita sorpresa

Tanto los comunitarios como los estudiantes piden al presidente Danilo Medina que realice una visita sorpresa al lugar, porque se han cansado de reclamar y nadie les ha respondido.

Según dijeron, han solicitado en varias ocasiones al Ministerio de Educación un nuevo plantel, e incluso funcionarios de esa cartera han acudido a percatarse de la situación, pero nada se ha hecho.

La otra escuela

Es escuela básica El Sidral, ubicada unos metros más adelante, donde 180 estudiantes de primaria reciben docencia en permanente riesgo, porque el plantel está cerca de un río y cuando llueve toda la zona se inunda.

Este centro está en mejor condición que el liceo, pero se pierde mucha docencia y también está sobrepoblado.

La comunidad, con más de cinco mil habitantes, sólo cuenta con un terreno que los jóvenes utilizan como play de béisbol y que fue acondicionado con la ayuda de una fundación.

Ni el Gobierno ni nadie

El presidente de la junta de vecinos, Richard Reinoso, narró a EL DÍA que ni el Gobierno ni las autoridades de San Cristóbal le han tendido la mano a esa localidad, donde no solo la educación es precaria, sino que falta mucho por hacer.

“Lo poco que hay ha sido con el esfuerzo de los comunitarios y la fundación Servicios para la Paz».

«Aquí necesitamos escuelas, programas de salud, una cancha, transporte para los estudiantes, ayuda para los envejecientes y arreglo de viviendas”, narró.

Durante un recorrido por esta comunidad se puede palpar que aún la denominada revolución educativa que el Gobierno promueve entre sus logros no ha llegado a esta zona.

Disponer de una moderna edificación para la enseñanza, dotada de los equipos adecuados, constituye uno de los sueños de estos lugareños.

Otro dolor de cabeza representa la destartalada casucha donde opera un “destacamento policial».

La policlínica

En el año 2009 la fundación Fungrami, con el apoyo de los comunitarios, empezó la construcción de una policlínica, pero los trabajos fueron paralizados sin que a la fecha se vislumbre una esperanza de que se continúen, a pesar de que el Ministerio de Salud Pública tiene conocimiento de esta situación, ya que los residentes le han remitido comunicaciones con la solicitud de que esta obra sea concluida y equipada.

Un puente

Además, solicitan la construcción de un puente, porque cuando llueve se imposibilita el acceso, dejando incomunicadas a varias comunidades.

Asimismo, los comunitarios deploran que las autoridades locales estén al margen de la situación de abandono total en que viven a poca distancia de la Capital.



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