¿Cómo manejar el estrés en adolescentes?
SANTO DOMINGO.-El estrés de la escuela en 2024 se extiende mucho más allá de los horarios de clase, la tarea y la falta de tiempo con amigos.
La adolescencia es una etapa increíblemente estresante de la vida. En la adolescencia, el cerebro de los niños está madurando.
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Están buscando (y desarrollando) la independencia. Sus relaciones y experiencias sociales comienzan a destacarse en el contexto de sus vidas. Y todos estos cambios hacen que consideren y se preocupen por diferentes temas de formas más complejas.
“Los preadolescentes y los adolescentes están atravesando una tormenta perfecta”, explica Gene Beresin, psiquiatra de niños y adolescentes en Mass General Brigham.
El doctor explica que “un niño en edad escolar está más preocupado por caer bien y encajar.
Un adolescente está luchando con preguntas como: ‘¿Cómo encajo sin dejar de ser independiente y autónomo, y ser yo mismo?’. Cuando puede ver todos los matices propios de su etapa de desarrollo, puede sentirse enredado.
Necesitan tiempo y experiencias valiosas con compañeros, maestros, padres, cuidadores y otros, para resolver su identidad y el papel que juegan con los demás”.
Según el doctor Beresin, los temores y las ansiedades de los adolescentes sobre el estado del mundo, sus familias y sus vidas son los principales contribuyentes a las condiciones de salud mental que enfrentan los estudiantes en la actualidad.
¿Cómo les afecta?
El estrés del regreso a la escuela puede ser abrumador para ellos. Y es posible que no sean capaces de reconocer o articular sus necesidades.
Refiere que pueden mostrar algunos de los siguientes signos: mal humor e irritabilidad, mayor ansiedad y preocupaciones, comportamientos de oposición o desafiante, o el cerrarse y aislarse.
También pueden presentar problemas para dormir, interés reducido en actividades que solían disfrutar, energía disminuida o mayor cansancio de lo habitual, dificultad para concentrarse y un declive académico, falta de motivación, evitación de amigos o actividades favoritas, reducción o aumento del apetito, dolores de cabeza, de estómago, tensión en la mandíbula o rechinar de dientes.
Se recomienda escuchar y validar sus sentimientos, tener conversaciones frecuentes, animarlos a usar las artes creativas para expresarse.
“Hable con ellos sobre las narrativas familiares y cómo hemos superado tiempos difíciles antes. Hágales saber: podemos manejar esto, mire los medios con ellos y utilícelos para discutir temas importantes”, sostuvo.
La mejor posición
— El rol de padres
Dijo que los padres están en la mejor posición para ayudar si su estado mental es tranquilo, pregúnteles qué les preocupa: “¿Qué es lo que más te molesta?”, “¿qué te preocupa?”. Las preguntas abiertas siempre son mejores.
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