¿Cómo lograr la recuperación económica?

¿Cómo lograr la recuperación económica?

¿Cómo lograr la recuperación económica?

Daris Javier Cuevas, columnista en el periódico El Día.

La hora de la reconstrucción y recuperación económica se ha convertido en un anhelo impostergable por parte de los diferentes agentes económicos y la población en sentido general. La gran crisis sanitaria y económica por la que atraviesa la humanidad a escala global ha empujado a millones de personas al precipicio y angustias sin precedentes.

La presente crisis sanitaria y económica cada día arruina las esperanzas de la gente, la economía opera con un rezago que parecería llegar al final de todo y la maquina reproductora de riquezas aparenta un agotamiento de su combustión. Los pronósticos de los organismos multilaterales y regionales anuncian cifras desgarradoras, tortuosas y de un futuro incierto, en virtud de que asistimos a un mundo donde cada cual defiende su locura de cómo lograr la recuperación económica sin  una ruta crítica concreta y creíble.

La fuente principal de la incertidumbre y la desesperanza que alimenta la presente crisis en el mundo entero es que no existe una certeza de cuando y donde se va a frenar la expansión de la pandemia. Las medidas de políticas económicas, tanto monetaria como fiscal, no han dado muestra de que la economía pueda presentar señales objetivas de un repunte que cambien la ruta del derrumbe hacia el cual avanza la economía global.

A escala planetaria lo único que se observa son tonterías monetaria y fiscal que no han podido frenar el abismo donde ha ido cayendo la economía y que se hunde cada vez con mayor profundidad. Pero resulta que el deber de cada gobernante es sentarse a enfrentar con endereza y firmeza la crisis sanitaria y económica sin vacilar, pues con ello se evita una desintegración de tal magnitud que la presente crisis cíclica se convierta en sistémica, pero no se observa que nadie desde el poder esté pensando en eso.

En el mundo, la escasez de mentes cultivadas para enfrentar la presente crisis sanitaria y económicas se percibe a leguas y es exactamente en ese cuadro que se desenvuelve actualmente el destino del final de las penurias en que se vive en el planeta. En vez de continuar transitando en arena movedizas pensando en sus intereses particulares, los gobernantes deben pensar en los intereses de la mayoría, que es la sobrevivencia en riesgos con la pérdida de empleo que ha destruido su poder adquisitivo y los empuja a la pobreza en extrema.

La importancia de pensar en cómo salir de la presente crisis y pasar a la fase de la recuperación es que intrínsecamente esto conlleva a la protección de millones de vidas humanas que son las fuentes sustantivas de la humanidad. Pues pensar en el bienestar de la gente, es lo mismo que pensar en el bienestar en conjunto de cada país, es decir, el interés común que es la propia existencia de la especie humana.

El objetivo primario, en consecuencia, es colocar en primer plano el bienestar general de tal suerte que el resultado obtenido pueda satisfacer los intereses particulares de los ciudadanos sin importar su estrato social. Pero no, en el mundo lo que se percibe es como se pueden obtener dividendos financieros sin importar cuantos seres humanos desaparezcan de la faz de la tierra abatido por la pandemia.

La ruina económica sanitaria en que ha caído el mundo se expresa en que EE. UU ya exhibe la triste cifra de 8,208,093 casos de contagios y de 220,086 fallecidos, mientras que a nivel global se tiene una consolidación de 39,9 millones de contagios y un total de fallecidos ascendente a 1,1 millones, de acuerdo con las cifras de la OMS.  Por igual, los organismos multilaterales han establecido una contracción del PIB mundial de -4,9% a finales del 2020, en tanto que el coronavirus despojaría a la riqueza global de la temible suma de 12 billones de dólares a la economía en los próximos dos años.

Ya la FAO ha alertado de que una profundización de la crisis económica conduce de manera directa a que el número de personas subalimentadas se incrementa, al tiempo que los países importadores de alimentos  estarían obligados a incrementar la misma entre 14,4 millones y 80,3 millones, siendo los de mayor sacrificio los de ingresos bajos. Esto se traduce en un incremento del riesgo de hambre y elevados niveles de incertidumbre, lo que se ha multiplicado con la pérdida de más de 400 millones de empleos a nivel mundial, según la OIT.

Para América latina la situación laboral se torna más compleja si se resalta que se han cerrado más de 2,7 millones de empresas, implicando una pérdida de 8,5 millones de empleos con tendencia a multiplicarse. Entonces, para lograr la recuperación económica es inminente enfrentar los sectores más afectados como el turismo, el comercio, la industria, la minería y fortalecer los que han tenido un sacrifico moderado como la agricultura, las telecomunicaciones, el sector bancario, la producción insumos y equipamiento médico, así como evitar nuevas cargas tributarias y la austeridad, por lo que el endeudamiento público ocupará la supremacía de ingresos del Estado, aunque sea doloroso y con un costo político elevado.



Daris Javier Cuevas

Economista-Abogado Máster y Doctorado en economía Catedrático de la UASD

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