SANTO DOMINGO.-Para la mayoría de la población vivir una cuarentena es algo sin precedente, sobre todo para las nuevas generaciones, que de manera involuntaria han tenido que experimentar el encierro por el toque de queda y por el aislamiento social que buscan evitar el contagio y la propagación del nuevo coronavirus –COVID-19-, que hasta hoy ha infectado a 5,543 personas en el país, y ha dejado a 265 fallecidos.
Vivir encerrado en casa era una posibilidad que hace tres meses nadie imaginaba que pasaría en la vida real, pero esto pasó de la ficción a la realidad en un abrir y cerrar de ojos para casi todos los países del mundo, por la “sorpresiva” pandemia del coronavirus que se veía tan lejana como de La Romana hasta China.
Pero la vida en cuarentena no es igual para todos los que están en sus hogares, ya que esto puede ser más “aburrido”, monótono y cansón o relajado para unos y otros, dependiendo el espacio que tenga disponible en su entorno.
Por ejemplo: quienes residen en casas y tienen acceso a un patio donde pueden salir y realizar alguna actividad que el espacio les permita, están en condiciones más refrescantes que aquellos que residen en un apartamento, que en la mayoría de los casos están limitados a las áreas bajo el techo que les corresponde.
“Yo desearía tener aunque sea una matica cerca para sentarme debajo a botar el golpe de estar todo el día encerrada, porque no es fácil vivir en este condición, es como si uno estuviera preso en su propia casa”, explica Mercedes Figueroa.
Pero no todos los que habitan en una casa pueden contar con algunas ventajas para buscar una variación al encierro, debido a que muchas viviendas no tienen patio y sus áreas diferentes son la marquesina, si la tienen, la acera del frente o la azotea, que solo podrán aprovechar cuando el sol se oculta, o en el caso contrario, para tender las ropas cuando se laven.
“En estos momentos vivir en apartamento es un caos, porque uno convive con varias personas, tiene áreas comunes y no se sabe si todos los residentes están cumpliendo con las normas de higienes, distanciamiento social, y en mi caso, que vivo en un apartamento, algunos vecinos reciben personas de fuera que uno no sabe si están enferma. A diferencia de una casa donde el propietario mantiene el control de quiénes entran y salen, y eso elimina el temor de que alguien llegue contagiado”, señala la arquitecta Gissel Matos.
En casi dos meses de cuarentena hay quienes no han vuelto a pisar las escaleras de subir o bajar a sus apartamentos, mientras que otros que habitan en casas lo más lejos que han llegado es a la galería. En algunas familia donde ninguno de sus integrantes está trabajando solo sale uno sale a resolver las necesidades como la de ir al supermercado, comprar agua o resolver cualquier necesidad.
Los niños
Para los niños la situación resulta un poco complicada porque no comprenden lo que está pasando, aunque en gran parte del día escuchan y ven temas sobre el coronavirus y la cuarentena.
“Mi hijo tiene cinco años y tratando de explicarle ha ido comprendiendo por qué no puede salir a jugar con los amiguitos, por qué no visita a sus abuelos y no está yendo al colegio”, señaló Kelsy Martínez.
