CND e ITLA analizan consecuencias de la hiperconectividad en la juventud

Santo Domingo, D.N. – El Consejo Nacional de Drogas (CND) y el Instituto Tecnológico de las Américas (ITLA) unieron esfuerzos para reflexionar con profundidad sobre los efectos psicosociales de la tecnología en la vida moderna, especialmente en la juventud.
Ante más de 100 estudiantes, el sociólogo y presidente del CND, Alejandro de Jesús Abreu, ofreció la conferencia “Tecnología, Sociedad y Pensamiento: la adicción como uno de los síntomas de la modernidad”, donde abordó los riesgos menos visibles de la era digital: el aislamiento emocional, la pérdida de vínculos humanos, la ansiedad por sobreinformación y la construcción frágil de identidades en entornos virtuales.
“La tecnología ya no es una herramienta, es el entorno mismo donde vivimos. Y eso cambia radicalmente cómo nos relacionamos con nosotros mismos, con los demás y con el sentido de la vida”, expresó Abreu. El especialista insistió en que muchas formas contemporáneas de adicción —incluyendo las conductas compulsivas frente a dispositivos— deben analizarse también como síntomas culturales, más allá de diagnósticos médicos o enfoques punitivos.

con una audiencia compuesta por más de 100 estudiantes
El evento, que se realizó en formato híbrido desde el Auditorio 4 del ITLA, contó con la participación del vicerrector académico Pedro Pablo Castro, así como autoridades académicas, directores departamentales y estudiantes de diversas carreras tecnológicas. Se enmarca dentro de la Semana de Prevención organizada por el CND con motivo del Día Internacional contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, el próximo 26 de junio.
Durante su intervención, Abreu subrayó que “vivimos en un modelo de vida que fragmenta al ser humano: separa razón y emoción, individuo y comunidad. Esto crea condiciones fértiles para el vacío, la dependencia y el consumo problemático, incluso en ausencia de sustancias químicas”.
La iniciativa buscó no solo alertar sobre el vínculo entre el uso desmedido de la tecnología y las adicciones, sino también formar conciencia crítica sobre cómo construir entornos digitales más humanos, sanos y sostenibles.