Desde la proclamación de la República Popular China (RPCh) en octubre de 1949 la República Dominicana (RD) no tuvo contactos oficiales con el gigante asiático, hasta que el 15 de octubre de 1993 se firmó un acuerdo que quedó derogado el 27 de junio de 1997 con la firma de otro más amplio.
En estos acuerdos se planteó la apertura de una Oficina de Desarrollo Comercial de la RPCh en la RD y viceversa, con el objetivo de la promoción comercial, intercambios culturales y otorgamiento de visados, aunque se hacía constar que no era un consulado.
La RPCh estableció su oficina en Santo Domingo, con todas las características en 1995 y desde entonces tuvo ocho representantes, a saber, Wang Gewu, Zhao Rongxiang, Xu Qing, Cai Weiquan, Wang Weihua, Li Dong, Gao Shoujian y Fu Xinrong. En cambio la de RD en Beijing se abrió en 2005 y sólo tuvo dos representantes, que fueron, Carlos Bueno y la destacada amiga Rosa Ng.
La octava representante Fu Xinrong, llegó al país en julio de 2016 y se convirtió en la protagonista del proceso de negociación que trajo como consecuencia la firma de las relaciones diplomáticas.
Fueron muchas las reuniones, primero por iniciativa del Ministro de Relaciones Exteriores Miguel Vargas, desde septiembre de 2016 y luego por la Presidencia de la República de Danilo Medina y sus colaboradores más cercano en Palacio, hasta los primeros meses de 2018. (Los detalles de este proceso se conocerán en un libro que estoy escribiendo para esos fines).
Finalmente la noche del 30 de abril de 2018, el Consultor Jurídico del Poder Ejecutivo, Flavio Darío Espinal, dio a conocer que a partir de ese momento se establecían relaciones diplomáticas entre la RD y la RPCh.
La fecha que se registra como inicio de dichas relaciones es el 1 de mayo de 2018, porque fue en la mañana de ese día que se firmó en Beijing, por parte del Ministro de Relaciones Exteriores de China Wang Yi y de la RD, Miguel Vargas. Ahí comienza la historia que está cerca de cumplir tres años. Adelante.
*Por Luis González