La chikunguña reaparece con fuerza en países del Índico y África, causando preocupación en la OMS.
Santo Domingo.- Fiebre repentina, dolor articular severo, cansancio extremo, dolor de cabeza, náuseas, sarpullido y molestias musculares esos son los síntomas más comunes de la chikunguña, una enfermedad viral transmitida por mosquitos del tipo Aedes, los mismos que propagan el dengue y la fiebre amarilla.
Aunque no siempre es mortal, puede dejar secuelas incapacitantes durante meses, incluso años.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado una alerta ante el aumento de brotes de chikunguña en varias regiones del mundo. Desde principios de año, se han declarado epidemias en islas del Índico como Mayotte, Reunión y Mauricio, con propagación hacia países cercanos como Madagascar, Somalia y Kenia.
La doctora Diana Rojas, jefa de la OMS para arbovirus, advirtió que la situación recuerda al devastador brote de 2004 y 2005 que afectó a casi medio millón de personas. “Los países deben actuar con rapidez para evitar que la historia se repita”, señaló en rueda de prensa.
En casos extremos, la enfermedad puede ser mortal y se estima que alrededor del 40 % de los pacientes puede desarrollar alguna forma de discapacidad temporal o crónica debido al daño articular persistente. Esto genera graves impactos en los sistemas de salud y las economías locales.
Según la OMS, unos 5,600 millones de personas están actualmente en riesgo en zonas donde el virus ya circula o donde el mosquito transmisor es endémico. En lugares sin inmunidad colectiva, el virus puede expandirse rápidamente y llegar a infectar hasta tres cuartas partes de la población.
En la isla francesa de Reunión, por ejemplo, se calcula que una tercera parte de sus habitantes ya ha sido infectada, mientras que también se han reportado brotes en el sur de Asia, en países como Sri Lanka, India y Bangladés.
La OMS urge a los gobiernos a confirmar los casos rápidamente, activar sistemas de vigilancia y control vectorial, y emprender campañas educativas para que la población pueda reconocer los síntomas y tomar medidas preventivas. “Evitar la picadura del mosquito es clave: uso de repelentes, ropa de manga larga y eliminación de criaderos de agua estancada pueden marcar la diferencia”, enfatizó Rojas.
Aunque la chikunguña no suele generar la misma alarma mediática que otras enfermedades virales, su impacto en la salud pública puede ser profundo y duradero. La prevención, una vez más, es la mejor defensa.
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