¡Chantajistas!

¡Chantajistas!

¡Chantajistas!

Ponerle asunto al parloteo por encargo consuetudinario en sentinas radiales indicaría peor desorden mental que los desgañitados. Pero hay un aspecto preocupante que no es solo lo que digan o difamen.

Es que algunos son prácticamente voceros de cargos oficiales, y cuando sus funcionarios mandantes se salen del guión político o partidista, y les brotan resabios marxistas o del peor boschismo, aparte de disparatar desorientan.

Ocurre especialmente cuando se refieren a negocios privados cuya naturaleza desconocen, pero ladran como cuando perros huelen longaniza.

Por ejemplo, ayer intentaron sembrar cizaña entre EGE-Haina y el Gobierno, mintiendo acerca del cumplimiento a tiempo de obligaciones de esa empresa privada con su socio, el Estado, a través del Fonper.

Con los negocios de energía hay muchas intríngulis que ciertos “comunicadores” no quieren entender, pues es más fácil seguir recibiendo “lo suyo”.

Si cuando menos fueran coherentes o defendieran algún interés legítimo, quizás lograran algo que ningún dinero compra: credibilidad. Frecuentemente luce que hay un periodismo ejercido sólo para enredar y chantajear, nunca informar y orientar.



José Báez Guerrero

Abogado, periodista y escritor dominicano.

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