El Día 
Santo Domingo.-Opiniones a favor y en contra convergen en el seno de la iglesia Católica sobre el proyecto de ley aprobado por la Cámara de Diputados que busca el aumento de las penas de tres a 10 años de reclusión para los menores con edad entre 13 y 15 años que cometen actos delictivos.
Fray Santiago Bautista Guerrero, párroco de la iglesia Las Mercedes, dijo que el aumento de la pena no soluciona el problema de la delincuencia juvenil, sino que lo agrava, porque en el país no existen cárceles preparadas tratar con esos menores.
Más que endurecer la pena hay que crear una escuela especial e ir detrás de los adultos autores que han convertido en mulas a estos niños que no actúan con luz propia.
Llevar a esos niños a la cárcel solo los convertirá en monstruos, como dijo el Cardenal, porque las cárceles dominicanas no están adecuada para esos menores, dijo Fray Bautista.
Contrarios a la reforma para incrementar las penas a los menores también se han pronunciado otros sacerdotes, como son el coordinador de la Pastoral Juvenil, Luis Rosario, y Juan Linares, director de Niños y Niñas con Don Bosco, entre otros sacerdotes.
Sin paños tibios a menores
Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez apoyó endurecer las penas contra los menores que delinquen.
Sin embargo, advirtió que antes de condenarlos hay que revisar bien la situación, porque hay adultos que envían a los menores a ejecutar crímenes, y en ese sentido hay que buscar solución.
Un delincuente a los dos años es un delincuente, y la sociedad no puede seguir engendrando monstruos que se dedican a matar gente, dijo el purpurado. Insistió en que la situación no puede tratarse con paños tibios.
