Católicos conservadores en pie de guerra contra «Golgota Picnic»

PARÍS, Francia.-Los católicos conservadores franceses están en pie de guerra contra la pieza del argentino-español Rodrigo García, «Golgota Picnic», que se estrena el jueves en París en el Teatro Rond Point, bajo estricta protección policial.
Hasta el Arzobispo de París, André Vingt-Trois, llamó a una velada de oración en la catedral de Nôtre-Dame para protestar contra una pieza que según su autor es una reflexión crítica sobre episodios de la Biblia, pero que los ultracatólicos denuncian como un «insulto a la persona de Cristo en la cruz».
Una hora antes de que se levante el telón, varias decenas de manifestantes, que llevaban rosas blancas, se habían congregado fuera de un perímetro totalmente acordonado por los carros policiales.
Una delegación entregó una petición al director del teatro del Rond-Point, Jean-Michel Ribes.
Contaron que habían solicitado el inicio de un diálogo y que Ribes les respondió que «el teatro siempre es un lugar de diálogo».
Admitieron que no habían visto la obra, que ya se dio en otras ciudades de Francia, pero aseguraron tener «la intención de verla». Algunos aseguraron haberla leído, y afirmaron que lamentaban que «la figura de Cristo, una figura de amor, no sea tratada con respeto».
«El Teatro de Rond-Point no es un lugar anticristiano, antiislámico, antijudaico. Es un lugar de creación, de libre expresión, donde los artistas vienen para expresarse sobre la sociedad y sobre su voluntad de cambiarla», había afirmado previamente el director.
El fin de semana, dos hombres, cercanos al movimiento integrista católico, fueron detenidos cuando se disponían a dañar las alarmas del Rond-Point, en los Campos Elíseos, indicó Ribes.
Ribes denunció poco antes de que se levante el telón esa agitación de grupos integristas, alentados por «una manipulación política de la derecha para ganar votos del Frente Nacional (ultraderecha)», a cinco meses de las elecciones generales en Francia.
«Jesús no está para nada en esta historia y la obra no tiene ninguna voluntad de ir contra la fe de la gente», dijo Ribes a la AFP.
«Ellos (los manifestantes) tienen derecho a creer y nosotros tenemos derecho a pensar», agregó.
El alcalde de París, Bertrand Delanoë, manifestó su preocupación e indignación por las amenazas contra la representación de «Golgota Picnic» lanzadas por organizaciones como el Instituto Civitas, France Action Jeunesse y Action Française, que reivindican a Francia como país católico.
Las manifestaciones contra la pieza de Rodrigo García son similares a las que organizaron en noviembre los integristas católicos frente al Thêatre de la Ville, donde se representó «Sobre el concepto del rostro del hijo de Dios», del italiano Romeo Castellucci, por escenas que consideraron «blasfemas».
Cientos de personas convocadas por esas organizaciones católicas ultraconservadoras agitaron durante semanas emblemas religiosos e intentaron impedir la representación de esa obra, lanzando bombas de mal olor, tratando de bloquear la entrada e incluso saltando al escenario.
Los ultracatólicos ya protestaron contra la pieza de García y su compañía Teatro de La Carnicería cuando se estrenó en Toulouse (sudoeste de Francia), a mediados de noviembre.
En una de las escenas de la obra, la cabeza de un actor echado en el suelo con los brazos en cruz se recubre poco a poco de carne picada, y en una pantalla gigante aparecen las palabras de Cristo agonizante a la Virgen, escritas en bloques de carne de hamburguesa: «Mujer, he ahí a tu hijo», señalando a Juan.
El dramaturgo, director y escenógrafo argentino, radicado en Madrid, ha afirmado que «Golgota Picnic» nació de su interés literario por la Biblia, con su fabuloso despliegue de imaginación, de demonios y ángeles, y también por su lado ético.
Esta no es la primera vez que los integristas cristianos intentan ejercer una censura, señaló en una reciente entrevista con la AFP el historiador de cultura y medios de comunicación, Christian Delporte, que recordó el incendio en 1988 de un cine parisino que proyectaba «La última tentación de Cristo» de Martin Scorsese.
Para la escritora y periodista Caroline Fourest, los «nuevos inquisidores» plantean «un riesgo muy serio a la democracia y al debate de ideas», sobre todo porque «los soldados integristas» católicos, así como los musulmanes, usan Internet y las redes sociales para sus fines de censura.
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