El cateterismo cardíaco, por lo general, se hace en el hospital en una sala con máquinas especiales .
Las cardiopatías congénitas tienen una incidencia de ocho a diez por cada mil nacidos vivos. La mayoría de estas presentan repercusión importante para la vida o la calidad de vida de los pacientes que las presentan, por esta razón, muchas de estas ameritarán algún tipo de intervención vía cateterismo o quirúrgica para tratarlas de forma definitiva o paliativa.
Adabeyda Báez Chalas, cardióloga pediátrica de los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (Cedimat), explica que el cateterismo cardíaco pediátrico, básicamente se divide en diagnóstico e intervencionista.
La especialista describe que el cateterismo intervencionista por vía percutánea consiste en la introducción de catéteres y dispositivos a través de las venas, arterias o ambas localizadas en la ingle, el cuello o los brazos para llegar hasta el corazón; se realiza guiado con fluoroscopia en la sala de hemodinamia.
“Desde la primera descripción de una terapéutica percutánea para el tratamiento de las cardiopatías congénitas, hace más de 50 años, este se ha usado para intervenir diferentes entidades cardíacas, por lo que el uso del cateterismo intervencionista cobra cada día mayor importancia, de la mano del notable progreso de la bioingeniería médica, que diseña y construye nuevos y modernos dispositivos para lograr que un mayor número de cardiopatías obtengan mejores resultados inmediatos, mediatos y a largo plazo”, indica.
Asimismo, detalla que el cateterismo terapéutico ha reemplazado a la cirugía convencional en el tratamiento de algunos defectos cardíacos congénitos específicos, es una alternativa en otras lesiones que necesitan ser paleadas para mejorar la condición del paciente antes de ser llevado a cirugía y en otros casos puede ser el complemento de cirugías complejas que ameritan procedimientos híbridos.
Por este motivo, la cardiología intervencionista en vez de ser considerada como rival de la cirugía es en realidad una opción segura y efectiva para reparar defectos cardíacos sin requerir un procedimiento quirúrgico y lo que esto conlleva.
Por tanto, la colaboración entre cirujanos y cardiólogos intervencionistas sirve para disminuir la morbilidad acumulativa y la mortalidad, así como para mejorar los resultados del tratamiento actual de algunas cardiopatías congénitas.
Las más frecuentes
La médica dice que dentro de las cardiopatías más frecuentes y susceptibles de ser mejoradas mediante un tratamiento intervencionista en recién nacidos, está la transposición de grandes arterias, en la que se realiza la ruptura de la pared interauricular (atrioseptostomia), estenosis pulmonar crítica y estenosis aórtica grave.
En estos casos el cateterismo cardíaco constituye un tratamiento de primera elección, que permite la estabilización del paciente gravemente enfermo para un posterior tratamiento quirúrgico en mejores condiciones clínicas, aunque en otros casos constituye una terapia definitiva.
“De igual manera, se cuenta con el cateterismo intervencionista en niños y adultos para el cierre de defectos en los tabiques cardíacos como son la comunicación interauricular e interventricular y cierre de elementos vasculares anormales como el conducto arterioso persistente, de forma frecuente, usando una diversa variedad de dispositivos en forma de un espiral o tapón”, señala la cardióloga pediatra.
Puede ser terapéutico
El cateterismo cardíaco puede ser terapéutico en las formas de ensanchamiento de una arteria estrecha (angioplastia) con o sin colocación de un tubo de malla de alambre (stent, un aparato diminuto que se emplea para ensanchar un vaso sanguíneo y mantenerlo abierto).
-Colocación de este en el conducto arterioso en las cardiopatías del niño azul (cianóticas) dependientes de conducto.
-Tratamiento de los ritmos cardíacos irregulares con energía fría o caliente (ablación cardíaca).
-Apertura de válvulas cardíacas estrechas (valvuloplastia con balón).
-Reparación o reemplazo de válvulas cardíacas (colocación de una válvula cardíaca artificial).
-Recubrimiento de una disección o de una ruptura vascular (endoprótesis recubierta).
-Determinados conductos implantados previamente por cirugía con objetivo temporal, y que deben de ser posteriormente cerrados.
-Oclusión de cortocircuitos intra o extra cardíacos residuales tras cirugías previas, orificios peri-valvulares residuales, etc.
Báez afirma que todos estos cateterismos intervencionistas se realizarán bajo efectos de sedación o anestesia general de acuerdo al tipo de procedimiento y edad del paciente. Agrega, que el cateterismo cardíaco, por lo general, se hace en el hospital en una sala con máquinas especiales de rayos X y obtención de imágenes (fluoroscopia).
Procedimientos tienen diversos niveles de riesgo
Como todo procedimiento tiene niveles de riesgo de acuerdo a la complejidad del caso y puede presentar complicaciones, desde leves como reacción al medio de contraste, hasta graves como lesión al corazón o un vaso sanguíneo, pero en las manos de un equipo con experiencia estas son poco frecuentes.
Los beneficios de esta intervención
Solución. La especialista dijo que debido a múltiples beneficios que ofrece este tipo de intervención percutánea, como menor estadía hospitalaria (usualmente 1 o 2 días dependiendo del estado de salud general del paciente y motivo del cateterismo), no cicatriz, rápida incorporación a las actividades normales, entre otras, se ha convertido en una forma terapéutica invasiva que da solución a una serie de defectos cardíacos en todos aquellos pacientes que lo ameriten, pudiendo ser realizado a cualquier edad, de forma electiva o en caso de emergencia.