Casa inteligente, atractivo para ciberdelincuentes

Casa inteligente, atractivo para ciberdelincuentes

Casa inteligente, atractivo para ciberdelincuentes

Una mayor cantidad de dispositivos conectados representa el sueño de los ciberdelincuentes. fuente externa

SANTO DOMINGO.-Cada año vemos una gran cantidad de nuevos dispositivos interesantes para nuestros hogares, que tienen como promesa hacer la vida más fácil simplificando y automatizando tareas tan simples como apagar o encender un bombillo, la lavadora, aspiradora, cafetera o tan solo ver él bebe en su cuna desde cualquier lugar donde estemos y asegurarnos que todo está bien.

Este proceso de llenar las casas de dispositivos electrónicos para convertirla una casa inteligente no es solo un sueño maravilloso, sino que también es necesario comprender los riesgos que esto trae de la mano y el gran atractivo que representa para los ciberdelincuentes.

Reciente tendencia
Esta reciente tendencia de los fabricantes busca convertir los aparatos que nos rodean en dispositivos inteligentes, materializando así el concepto del internet de las cosas o IOT por sus siglas en inglés, estando presente desde el instante en que nos levantamos de la cama.

En procesos simples, IoT se refiere a todos los dispositivos, máquinas, inmuebles y más que se conectan al internet.

Todos estos dispositivos viven interconectados y comparten información digitalmente, a escala global.
A finales de 2018, se evaluaba que había 22 mil millones de dispositivos conectados a Internet de las cosas (IoT) en uso en todo el mundo.

Según el portal de estadísticas en línea Statista, la cantidad de dispositivos conectados a Internet de las cosas (IoT) en todo el mundo será de 38.6 millones para 2025. Además, los pronósticos sugieren que para 2030 alrededor de 50 millones de estos dispositivos estarán en uso en todo el mundo, creando una red masiva de dispositivos interconectados que abarcarán todo, desde teléfonos inteligentes a los electrodomésticos de cocina.

Esta cantidad de dispositivos conectados representa el sueño de los ciberdelincuentes y aunque los fabricantes de estos hacen eco de cumplir con las exigencias de seguridad, es cierto que ya sea por falta de actualización o por mala configuración de los usuarios se han conocido diversos ataques que vulneran la seguridad de casas u oficinas.
Cámaras domésticas

Hace unos años ocurrió un caso en donde cientos de miles de cámaras domésticas fueron víctimas de robo de datos por ciberdelincuentes sin conocer para que fines se estuviesen utilizando los datos sustraídos. Un robo preocupante que los usuarios en muchos casos no le dan gran importancia, sustentando que solo han sido datos y que no ha pasado más nada.

Lo mismo también ha sucedido con otros tipos de dispositivos como altavoces con asistentes digitales, televisores, bombillas inteligentes, entre otros que por su bajo nivel de seguridad o mala configuración pueden ser intervenidos para espiarnos y obtener grandes cantidades de datos o tan solo para desde esos miles de dispositivos intervenidos lanzar ataques masivos a redes empresariales, sin que el usuario conozca que su casa está siendo utilizada para tales fines.

Malas prácticas
Entre las malas prácticas utilizadas al momento de configurar estos dispositivos inteligentes muchas veces está relacionada con utilizar el usuario que trae por defecto, no actualizar el software del dispositivo o tener una configuración débil de seguridad en las redes inalámbricas.

Y es aquí en donde reside la importancia de poner atención a la configuración, no solo del celular o del computador, sino de cada dispositivo inteligente conectado a la red, ya que estos pueden ser utilizados para robar los datos de los demás equipos tecnológicos conectados a la misma red.

Estudio

— Avast Smart Home
De acuerdo con un estudio de Avast Smart Home, dos de cada cinco hogares (40.3%) en todo el mundo cuentan con al menos tres dispositivos conectados a internet. De ellos, el 40.8% tiene al menos un dispositivo vulnerable conectado que pone en riesgo la seguridad del hogar.

*Por FEDERICO MONTERO