SANTO DOMINGO.— Todavía no se ha votado, pero Deivis Ventura, candidato a diputado, siente que ya ganó. Este filósofo y pedagogo de 42 años es la primera persona abiertamente gay que se postula al Congreso y se siente alentado porque durante su campaña no ha encontrado la hostilidad que se hubiera podido esperar en el pasado.
“Estamos en un momento muy importante porque hemos decidido hacer vida política desde lo que somos”, dijo Ventura a The Associated Press mientras caminaba por una calle con una compañera laboral transgénero.
Otro gay, el abogado Yimbert Telemin, se postula como regidor (concejal) de La Romana, una ciudad turística con alta presencia de iglesias protestantes.
El que miembros de la comunidad LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transgénero) se puedan postular a cargos públicos refleja un cambio cultural que ha sido ayudado en parte por la presencia del embajador estadounidense James “Wally” Brewster, el primer diplomático de alto rango abiertamente homosexual que Estados Unidos asigna a un país latinoamericano.
Su designación irritó a algunos líderes religiosos y a sus fieles en la República Dominicana, pero también alentó a un sector de la población que se sentía marginado y que ahora empieza a hacerse escuchar.
“Wally ha pasado a ser una figura icónica en el movimiento LGBT, porque el movimiento no tiene figuras locales fuertes”, declaró el prominente activista gay Alexander Mundary. Ventura y Telemin rompieron un tabú al convertirse en los primeros hombres abiertamente homosexuales que se postulan a puestos de elección popular en los comicios de mayo próximo.
Lo hicieron pese a que aún existen signos de discriminación e intolerancia hacia la población no heterosexual, que se reflejan en las constantes críticas al embajador Brewster.
Brewster “trata de homosexualizar” al país, dijo el pastor Fidel Lorenzo, presidente Consejo de Unidad Evangélica. Grupos evangélicos colocaron a principios de marzo una carta en la página web de la Casa Blanca para pedir al presidente Barack Obama que retire al diplomático.
La carta acumuló más de 31.000 votos en menos de una semana. La Conferencia del Episcopado también se pronunció contra Brewster, quien asiste a actos oficiales y visita escuelas públicas acompañado por su esposo Bob Satawake, y un colegio católico colocó temporalmente en marzo en uno de sus muros un letrero en el que decía que no permitiría el ingreso del diplomático a esa institución.
La sede diplomática no respondió a la solicitud de comentario de la AP. Pero en el programa El Día, del Telesistemas Canal 11, Brewster dijo que las críticas provienen de un pequeño grupo que promueve el odio y el acoso para mantener oprimidos a los grupos minoritarios.
“Hay una reacción de miedo, de que la comunidad LGBT tenga cada vez más presencia pública y vaya ganando cuotas de poder”, consideró la antropóloga Tahira Vargas, quien ha estudiado por años la discriminación.
“Lo que queremos es romper con eso”, dijo a la The Associated Press el médico Víctor Terrero, director de la organización gubernamental sobre VIH Sida y quien coordina un proyecto de ley que será presentado al Congreso para penalizar la discriminación en todos los ámbitos.
“La presencia de Brewster ha dicho de alguna manera que eso (la homosexualidad) no es pecado, ni para volverse locos”, afirmó Terrero. Añadió que el embajador sea recibido con su pareja por el presidente de la república, por ejemplo, “ha contribuido a romper con muchas estigmatizaciones”.
Representantes de la agrupación estadounidense de derechos humanos Human Rights First dicen que toda persona con la que hablaron antes de emitir un informe en diciembre sobre el status de la población LGBT de la República Dominicana mencionó a Brewster en sus conversaciones.
“Todo el mundo parecía pensar que, incluso si tenían sentimientos encontrados sobre el tema, en términos generales tuvo una influencia positiva”, dijo Shawn Gaylord, abogada de la agrupación que trabaja en temas de los LGBT. “La presencia de Brewster ha generado una conversación más amplia”.
Las leyes dominicanas no castigan la homosexualidad, pero tampoco penalizan la discriminación por razones de orientación sexual. Ventura sufrió esa intolerancia cuando tuvo que abandonar su trabajo como profesor de civismo en una escuela privada luego de que en 2008 hizo pública su homosexualidad.
Según los grupos LGBT y organismos de derechos humanos, muchos homosexuales y especialmente los transexuales se sienten obligados a dejar sus estudios o trabajos debido a la discriminación, tanto de alumnos como de profesores y autoridades escolares. Una delegación de grupos LGBT denunció en octubre ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos la discriminación y violencia de que son objeto en las escuelas, en los trabajos y en los servicios de salud.
Aseguró que entre 2006 y 2013 se reportaron unos 25 asesinatos de miembros de su comunidad, de los cuales sólo en tres casos hubo consecuencias judiciales. Los crímenes motivados por la orientación sexual de la víctima no están tipificados en el código penal como tal, explicó Rosanna Marzán, diretora de la ONG sobre derechos de la comunidad LGBT “Diversidad Dominicana”.
“Resulta preocupante que cuando aún este delito (crimen por intolerancia) no se encuentra tipificado, los crímenes de odio contra la comunidad LGBT son una realidad latente en la sociedad dominicana”, manifestó Marzán.
Los activistas detallaron ante la comisión que los transexuales sufren discriminación y maltrato psicológico en los centros de salud y que eran obligados por el registro civil a despojarse de la indumentaria del género que quieren adoptar cuando se tomaban la foto para su identificación oficial.
Pero las cosas han empezado a cambiar, detalla Liken Lee, una activista transgénero que fue fotografiada con indumentaria femenina para su cédula de identidad.
El primer caso de ese tipo lo protagonizó la popular presentadora de televisión Mía Cepeda, quien en 2014 fue la primera transgénero en obtener el cambio de nombre en su cédula de identidad y ser fotografiada con aspecto femenino, aunque el documento diga que se trata de un hombre.
Las leyes no permiten el cambio de género en los documentos oficiales y la constitución prohíbe el matrimonio entre personas del mismo sexo. Ventura reconoce que en la última década se ha registrado una creciente tolerancia hacia las personas LGBT, que se evidencia en la celebración anual del desfile del orgullo gay de forma continua desde 2008, el respaldo de la sociedad civil y su inclusión en debates de carácter público.
“El hecho de que tengamos candidatos abiertamente LGBT en partidos políticos importantes habla de un cambio”, consideró Ventura, postulado por el Partido Revolucionario Moderno, cuyo candidato presidencial, Luis Abinader, es el principal rival del actual mandatario Danilo Medina. Yimbert Telemin es candidato de un partido aliado del colectivo gobernante.
Ambas candidaturas forman parte de la cada vez más frecuente participación de personas LGBT en la vida política y comercial, de forma paralela a la ya tradicional presencia de homosexuales y transgénero en la moda y el espectáculo. “Hace 10 años no se hablaba (de la homosexualidad en los negocios), era vergonzoso tocarlo; daba prurito y prefería evitarse”, comentó Francisco Castillo, presidente de la recién creada cámara de comercio LGBT.
Castillo, propietario de una compañía de turismo inmobiliario en la lujosa zona de Cap Cana, en el extremo oriental del país, y otros dos amigos homosexuales comenzaron a mediados del 2015 a diseñar la cámara a fin de impulsar los negocios de pequeñas y medianas compañías de empresarios LGBT.
Para ello contaron con capacitación de la agencia para el desarrollo internacional de Estado Unidos (USAID). Julio Medina, un mexicano de 42 años, se mudó a República Dominicana en 2012 después de residir 24 años en San Francisco, Estados Unidos, para comprar el bar gay Esedekú en la zona colonial de Santo Domingo. “Sé que todavía existen estigmas, (pero) la gente sabe lo que es el bar y me respetan”, aseguró.