Café o té: ¿cuál es la mejor opción para empezar el día con energía?

En la clásica disyuntiva matutina entre café y té, la preferencia personal suele imponerse. Sin embargo, ¿qué dice la ciencia sobre cuál es más beneficioso para la salud, el rendimiento mental y el bienestar general?
En un artículo publicado por Delish US, la periodista especializada en salud y nutrición Allison Arnold analiza junto a expertas las diferencias clave entre ambas bebidas, explorando no solo sus efectos en el cuerpo, sino también su preparación y comparación con otras opciones comunes en el desayuno.
Cafeína: el impulso que muchos buscan al despertar
El principal motivo por el que café y té dominan las mañanas es su contenido de cafeína. Esta sustancia natural estimula el sistema nervioso central, favoreciendo la concentración, el estado de alerta y la energía. No obstante, su efecto puede variar según la persona, explica la dietista Lisa Andrews, fundadora de Sound Bites Nutrition.
La nutricionista Lauren Manaker añade que, aunque ambas bebidas estimulan la mente, lo hacen de manera distinta: el café, con una concentración de cafeína más alta, genera un efecto más rápido e intenso. Es ideal para quienes necesitan un impulso inmediato, aunque también puede provocar ansiedad o nerviosismo en personas sensibles.
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En contraste, el té —especialmente el verde o el negro— ofrece una estimulación más equilibrada. Gracias a la presencia de L-teanina, un aminoácido que promueve la relajación sin somnolencia, el té favorece un estado de alerta más estable y prolongado.
Preparación: menos es más
La manera en que se prepara el café o el té influye directamente en sus beneficios. Manaker recomienda evitar ingredientes como azúcar, cremas o jarabes saborizados. En su lugar, optar por preparaciones simples: café negro o con un poco de leche, y té natural con unas gotas de limón o una cucharadita de miel si se desea.
La regla es sencilla: cuanto más sencilla la preparación, mayor el beneficio nutricional.
¿Cuál elegir según tu objetivo?
La mejor bebida depende de tus metas y tu sensibilidad a la cafeína. Si necesitas un impulso rápido, el café puede ser la mejor elección. Pero si prefieres una activación más gradual y sostenida, el té puede ofrecer ventajas notables gracias a su combinación de cafeína y L-teanina.
Ambas opciones, consumidas con moderación y sin exceso de azúcar, aportan antioxidantes, favorecen la concentración y pueden mejorar el estado de ánimo.
¿Y otras opciones del desayuno?
El análisis de Arnold también considera otras bebidas comunes en la mañana, como jugos, refrescos y energizantes, comparándolas con el café y el té.
Bebidas energéticas: Aunque su nivel de cafeína puede igualar o superar al del café, suelen incluir grandes cantidades de azúcar y aditivos. El Dr. Raj Dasgupta advierte que incluso las versiones “sin azúcar” no son recomendables frente a opciones más naturales como el café o el té.
Jugos de fruta: Ricos en nutrientes como vitamina C y potasio, pueden reforzar el sistema inmunológico. Sin embargo, incluso los jugos naturales contienen azúcares que, en exceso, pueden dificultar el control calórico.
Refrescos: Según Lisa Andrews, tanto los azucarados como los dietéticos contienen compuestos artificiales (edulcorantes, colorantes, aditivos) asociados a riesgos como obesidad, diabetes y algunos tipos de cáncer.
Fuente: Infobae
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