Buena oportunidad

El Gobierno ha anunciado la construcción de aceras y contenes en municipios y distritos municipales de todo el país con una inversión de 4 mil millones de pesos.
Se trata, sin dudas, de una cifra considerable que si llega sin desvíos a los fines propuestos puede tener un impacto positivo en la estima de la gente por su vecindario.
La realidad es que cuando los ayuntamientos mejoran las calles, los vecinos tienden a realizar inversiones en sus casas, como puede ser la renovación de la pintura o el hermoseamiento de la fachada.
Cualquiera puede pensar que acciones modestas como la de limpiar una pared y pasarle a la parte frontal una mano de pintura no cambia la condición ni la situación de un barrio, y es verdad, pero la actitud es importante y contagiosa.
Una prueba de ello la tenemos en el período navideño, del que participa gente de muy variada condición.
Los ayuntamientos harían una gran contribución si conforme se producen las mejoras anunciadas desde el Gobierno con estos recursos, aprovechan para devolverle a los munícipes la propiedad de las calles.
Muchas de ellas han pasado a ser talleres de mecánica, depósitos de chatarras y espacios para la exhibición de mercancías.
En el Gran Santo Domingo la permisividad de los ayuntamientos ha sido de tales proporciones y durante tanto tiempo, que a muchos debe de parecerles un derecho el aprovechamiento de la vía pública con fines particulares.
La remodelación del Nueve de la Duarte, todavía en curso más de tres años después, demuestra lo difícil y oneroso que puede ser volver al dominio público los espacios apropiados por los particulares.
Esta puede ser una buena oportunidad.