El grupo farmacéutico Bristol-Myers Squibb registró pérdidas en el tercer trimestre, con un resultado por debajo de las previsiones, por los costos asociados a la suspensión del ensayo de un medicamento y la pérdida de varias patentes en Estados Unidos.
Según los resultados el grupo registró pérdidas netas por 711 millones de dólares, frente a un beneficio de 969 millones del mismo periodo del año anterior.
El grupo farmacéutico informó en agosto de la suspensión de un estudio para el tratamiento contra la hepatitis C tras la muerte de uno de los pacientes.