Washington.. Antes de empezar la entrevista, el presidente Luis Abinader se tomó unos minutos para comunicarse por teléfono con varios de sus funcionarios.
De ellos recibía informes sobre la situación de la lluvia, los daños registrados y daba las instrucciones de lugar para mitigarlos.
Había llegado a Washington la noche anterior para participar de una reunión de la Conferencia de Washington de las Américas, que coordina la Organización de Estados Americanos (OEA).
Tenía que aprovechar el tiempo al máximo, pues ese mismo día retornaba a República Dominicana para ponerse al frente de los trabajos de asistencia a los afectados por las lluvias.
Terminada la actividad en la sede de la OEA salió para visitar al presidente del Grupo Banco Mundial, el indio-estadounidense Ajay Banga, en la sede de esa corporación crediticia internacional.
El presidente Abinader busca financiamiento blando para enfrentar el problema de la movilidad vial a través del proyecto denominado “Sistema Integrado de Transporte”. Es un megaproyecto que requerirá una inversión global del 2,700 millones de dólares, por lo que la obtención del financiamiento a través de la banca multilateral reduciría considerablemente el costo final.
Pero también conversó con Ajay Banga sobre la estrategia de “nearshoring” para la industria de los semiconductores, que consiste en aproximar geográficamente la fabricación de estos dispositivos.
La ventaja es que las zonas francas dominicanas están mucho más cerca del mercado norteamericano que los destinos donde ahora se fabrica la mayor parte de los mismos.
Cuando Abinader habla del tema se le dibuja una sonrisa que no pasa desapercibida para sus interlocutores. “El proceso se tomaría varios años, pero será un salto para la calidad de los empleos en zonas francas”, manifiesta. Pero el proyecto más inmediato fue el del Sistema Integrado de Transporte, iniciativa que él explica fue definida desde el año pasado y que será el destinado a la transformación del Gran Santo Domingo.
El sistema integrado de transporte incluye el teleférico de Santo Domingo Oeste, que iría desde el kilómetro 9 de la autopista Duarte (juntándose con esa terminal del metro) hasta el kilómetro 12 de la carretera Sánchez. Ese circuito se conectaría con el tranvía que iría por la avenida Independencia, conectaría con la Winston Churchill hasta una estación del Metro, con lo que ampliaría este con el transporte urbano masivo.
Revela lo que a su entender sería la parte más trascendente de ese proyecto, que es el Tren Urbano de Santo Domingo, que recorrería la avenida 27 de Febrero y llegaría hasta Boca Chica.
Explica que ese es un proyecto que se construiría por fases, por lo que a su eventual segundo periodo le correspondería la avenida Kennedy con Máximo Gómez hasta la Charle de Gaulle y después por la avenida Ecológica hasta Boca Chica.
La receptividad de Ajay Banga fue excelente cuando se le planteó el proyecto. “Ellos dicen que tienen mucha experiencia y que van a crear una unidad para trabajar con el Gobierno dominicano. Le pedí que fuera bajo el sistema de implementación rápida y estuvieron de acuerdo”, dijo.
Los semiconductores
Antes de su reunión con el presidente del Banco Mundial, Abinader había conversado con inversionistas privados sobre el “nearshoring” como respuesta a las situaciones geopolíticas que se dan en Asia.
Ha visto la posibilidad de convertir el país en un centro de ensamblaje de semiconductores, iniciativa que sedujo a más de un inversionistas en la reunión de la OEA.
El tema fue llevado también a la mesa con el presidente del Banco Mundial, quien conectó con la idea, tema que al parecer tiene presente por ser originario de la India.
Su interés está centrado en el tema por considerarlo una oportunidad de crear nuevas fuentes de riquezas y agregar valor a las zonas francas.
“Hemos visto aquí un gran nicho y desde el Gobierno lo hemos visto como estratégicamente uno de los proyectos a impulsar, porque crearía muchos empleos de calidad para jóvenes con capacidad tecnológica en nuestro país”, puntualizó el mandatario.
El “nearshoring” ha ganado popularidad en los últimos años, especialmente entre las empresas que buscan equilibrar costos, calidad y eficiencia en sus operaciones internacionales.
Aunque el “offshoring”, que es instalar empresas en destinos más lejanos, pero con mano de obra más barata ha sido lo que ha imperado hasta ahora, instalar empresas en lugares más cercanos tiene como ventaja reducción de costos de transporte internacional, cercanía cultural y amplía las facilidades de reconversión en función de los cambios del mercado.
Energía, tema recurrente
Conversando con los periodistas, Abinader saca a relucir que también trataron el tema energético, algo recurrente para la banca multilateral. Esa conversación se dividió en las áreas de generación y las distribuidoras.
En el primer renglón el país tiene notas en azul, pues ha logrado mejorar de manera considerable en la producción de energía, incluyendo la de fuentes renovables, pero queda a deber cuando se evalúa a las empresas distribuidoras.
“Hemos adjudicado 400 megas de generación urgente que ya están funcionando, generando en el país y también un poco más de 600 megas de energía renovable, lo que ha ayudado significativamente a aumentar la capacidad de generación”, explicó el presidente dominicano. Calificó como un hito sin precedentes en cuatro años.
Recordó que en adición, el año pasado se hizo una licitación de 800 megas que está en proceso de construcción en Manzanillo y otros 800 megas adicionales que están en proceso de adjudicación. Explicó que esos son proyectos privados que vendrían a abaratar el costo global de la energía.