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Basta de excusas: detener el genocidio en Gaza

Por: Julio Disla

La voz clara y firme de Natasa Pirc Musar, presidenta de Eslovenia, resonó en la Asamblea General de las Naciones Unidas como un llamado a la conciencia universal. Sus palabras no solo retrataron la magnitud del desastre humanitario que vive Gaza, sino que expusieron la complicidad de quienes, con su silencio o indiferencia, se convierten en cómplices de crímenes contra la humanidad y contra la propia civilización.

“Si nosotros, los líderes de este planeta no podemos ofrecer más que terror, conflictos, contaminación, miedo, desigualdades y guerras a millones de personas, entonces hay que enfrentar la verdad: somos cómplices de crímenes contra nuestra civilización y de nuestro planeta. Ninguno de nosotros puede alegar ignorancia de lo que está pasando”, dijo la mandataria.

Su llamado es directo: la dignidad humana no puede ser un discurso vacío, debe convertirse en acción concreta para salvar vidas. En Gaza, miles de personas han sido condenadas a vivir bajo el fuego constante, sin alimentos, sin refugio, sin derecho a la vida. Seguir contemplando pasivamente esta masacre es legitimar la barbarie.

La repetición de la historia

Musar recordó con crudeza la responsabilidad histórica de la humanidad ante los genocidios que marcaron el siglo XX y que la comunidad internacional no fue capaz de detener: el Holocausto, Ruanda, Srebrenica. Hoy, Gaza se suma a esa lista infame.

“No detuvimos el Holocausto, no detuvimos el genocidio en Ruanda, no detuvimos el genocidio en Srebrenica, debemos detener el genocidio en Gaza. No hay excusa, ya no hay excusa, ninguna excusa.”

Cada bomba que cae sobre Gaza, cada niño que muere bajo los escombros, cada madre que llora a su familia exterminada es un recordatorio de la incapacidad —o la falta de voluntad— de los líderes del mundo para actuar.

La responsabilidad de la ONU y de la comunidad internacional

La Asamblea General de la ONU no puede seguir siendo un escenario de discursos vacíos y resoluciones sin fuerza vinculante. Si esta institución quiere conservar alguna legitimidad, debe asumir el deber histórico de proteger la vida, detener la agresión y exigir responsabilidades al Estado de Israel por sus crímenes de guerra.

No se trata de diplomacia abstracta, sino de la vida de millones de personas. Quienes cierran los ojos, quienes justifican o dilatan las decisiones, son corresponsables de la destrucción de Gaza y del sufrimiento de su pueblo.

Un clamor que no puede ser ignorado

Hoy, la humanidad enfrenta un dilema: callar ante la injusticia o actuar para que la dignidad humana no sea un eslogan vacío. La voz de Natasa Pirc Musar es el eco de miles millones que reclaman un alto inmediato al genocidio, el cese de la impunidad y la construcción de un mundo donde la vida esté por encima de la arrogancia, el odio y la ceguera deliberada.

La historia juzgará a quienes hoy deciden entre la complicidad o la acción. Gaza no puede esperar. Ya no hay excusas.

*Eslovenia está situada en Europa Central, siendo un país miembro de la Unión Europea, alrededor de Italia, Croacia y Hungría. Es conocida por la diversidad de sus paisajes, que incluyen el mundo alpino, meditarráneo, cárstico y panónico, todo ello concretado en un pequeño territorio de algo mas de 20 mil kilómetros cuadrados.

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