Roma.- El vigente campeón, Manchester United, y el Barcelona, posiblemente los dos mejores equipos del momento, disputan hoy en el Olímpico de Roma la final de la Liga de Campeones de fútbol, el más prestigioso torneo mundial de clubes.
Ambos llegan al decisivo partido de la capital italiana habiendo ganado a mediados de mayo el título en sus respectivas ligas nacionales, aunque el Barcelona ha conquistado además la Copa del Rey y buscará un histórico triplete.
En los últimos meses, los resultados y el juego de los hombres que dirige Josep Guardiola han dado alas a los aficionados del equipo, que ya sueñan con la tercera corona europea, tras las conseguidas en 1992 en Londres y en 2006 en París.
Hoy no os fallarán, aseguró el entrenador catalán sobre sus pupilos el sábado, cuando el club festejó con su afición en el Camp Nou el doblete nacional, en un partido liguero en que el equipo cayó 1-0 con Osasuna y en el que el técnico reservó a varios titulares para la final europea.
A pesar de la aparente euforia, el reto se presenta francamente complicado, ante un Manchester United que intentará ser el primero en revalidar el título europeo desde 1990, cuando el Milán venció 1-0 al Benfica en Viena, después de haber goleado en la final de 1989 al Steaua Bucarest (4-0).
Diecinueve años después, los Red Devils podrían romper esa maldición del campeón, que ha perseguido a todos los defensores del título desde que el torneo abandonó su antigua denominación de Copa de Europa, en 1992.
El equipo de Old Trafford viene avalado además por su eficacia en las finales de la máxima cita continental, donde ha disputado tres finales (1968, 1999, 2008) y en todas ellas ha terminado levantando el trofeo.