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Banco Central, propulsor del desarrollo

Edificio  del Banco Central de la República Dominicana (BCRD) .  AGENCIA FOTO
📷 Banco Central

«Vini. Vide, Vici. Vine, vi, y vencí» (Julio César, emperador romano)

*Por Tomás D. Guzmán Hernández

Los tiempos han cambiado mucho, y las agendas institucionales también, con ello las épocas que tienen sus propias cicatrices, marcan rumbos y se han abandonado prácticas de tanto impacto y beneficios para el desarrollo económico de la nación.

El Banco Central de la República Dominicana (BCRD) inició el 23 de octubre de 1947, un día antes de la fecha del natalicio de Rafael Leónidas Trujillo Molina, su cumpleaños no. 56, con Jesús M. Troncoso como su primer gobernador (1947-1951). Ha tenido 29 hasta los tiempos presentes.

Fue inaugurado el 23 de octubre de 1947, con la colaboración de Robert Triffin, Henri Wallich y Raúl Prebisch. Ellos redactaron la Ley 1529, que creó al Banco Central como ente emisor y la Superintendencia de Bancos. Prebisch también estuvo involucrado en la creación del Banco Central de la República Argentina y otros bancos centrales en América Latina.

Este gran economista argentino, reconocido por su teoría estructuralista del desarrollo económico, trabajó en la CEPAL, donde fue su secretario ejecutivo desde 1950 hasta 1963, y se destacó por la teoría de la Sustitución de Importaciones en la década de los sesenta, de mucho impacto en Latinoamérica.

Liderado hoy día por don Héctor Valdez Albizu, gobernador en los períodos 1994-2000 y el 2004- 2025 (27 años), y conocido como el Alan Greenspan criollo, de grandes aportes para sostener la estabilidad macroeconómica que hemos tenido a lo largo de tres décadas.

En Estados Unidos de Norteamérica, los presidentes de la Reserva Federal (FED) han sido 16 hasta el momento, desde Charles S. Hamlin, del 10 de agosto de 1914. El actual es el abogado Jerome Powell, que inició desde el 5 de febrero de 2018 hasta el presente.

El Banco Central de la República Dominicana (BCRD) tiene como funciones principales la estabilidad de precios, la regulación del sistema financiero y la emisión de billetes y monedas. Además, ejecuta las políticas monetaria y cambiaria, supervisa el sistema financiero y vela por la eficiencia y seguridad de los sistemas de pago.

Indudablemente, los grandes disturbios de la economía mundial han requerido de medidas heroicas, como el salvataje de entidades, como por ejemplo la quiebra del Baninter en el año 2003 y otras entidades, así como las fusiones y adquisiciones de otras tantas. En Estados Unidos, la crisis de las burbujas hipotecarias de 2008 fue una crisis financiera global que se originó debido a la proliferación de hipotecas de alto riesgo (subprime) y la posterior caída del mercado inmobiliario. Esta crisis tuvo un impacto significativo en la economía global, provocando una recesión y el colapso de importantes instituciones financieras.

La economía dominicana ha crecido notoriamente en torno a su potencial productivo del PIB durante esas tres décadas, o sea, alrededor del 6 %, producto de la política macroeconómica y de metas sostenidas por el BC, que si lo vemos a grandes rasgos por cuatrienios desde 2008 para ver un horizonte de 15 años, nos arroja los siguientes resultados ponderados:

Leonel en 2008 al 2011, promedio 3.8 %, afectado en 2009 por la crisis del mercado inmobiliario en EU.
Danilo 2012 al 2015, promedio 5.3 %;
Danilo 2016 al 2019, promedio 5 %;
Luis Abinader 2020 al 2023, promedio 4.3 %;

Luis sigue 2024 (5 %). Cabe destacar que el resultado negativo del 2020 se debió a la pandemia. La fuente son las estadísticas económicas del MEPyD.

El Banco Central de RD, bajo la rectoría de don Héctor Valdez, ha sido el soporte del marco macro y estable para este crecimiento sostenido a lo largo de estos años. Si hacemos un paralelismo con otro excelente gobernador, don Diógenes Fernández (1963-1976), dotado de un gran sentido histórico que forjó el futuro de esa institución, preferimos la visión de este gran funcionario de esa época, ya que la creación del Fondo FIDE (Fondo de Inversiones para el Desarrollo Económico), así como del INFRATUR (Fondo para la Infraestructura Turística), cambiaron para siempre el modelo de la economía que aún prevalece, sin añadir la preparación de los recursos humanos en el exterior, práctica que ha continuado para la excelencia técnica.

El sector servicios es el que norma en los tiempos presentes nuestro quehacer como nación insertada en los distintos esquemas y que sostiene por completo nuestro aparato productivo. Las continuas administraciones del Banco Central como columna vertebral de la política monetaria, cambiaria y financiera bajo la rectoría de don Héctor son encomiables, pero no se trata solo de sostener la estabilidad macro basada en programas bien diseñados y mejor ejecutados; se trata, como nos enseñó Diógenes, de que el BC tiene la tarea adicional de crear fondos desarrollistas especiales como los citados anteriormente.

¿Ahora bien, cuáles programas? En la actualidad, las naciones más avanzadas o que registran mayor tasa de crecimiento en el mundo contemporáneo actual apuestan a la innovación, el emprendimiento tradicional o disruptivo, las start-ups, con el uso intensivo de las TIC (tecnologías de la información y comunicación), el ecosistema de investigación y desarrollo sobre productos tradicionales o nuevos, a través de forjar las infraestructuras y los investigadores dedicados, a través de las universidades y centros privados o públicos creados para tales fines, con un capital semilla suficiente a bajas tasas; de lo contrario, seguiremos con un Estado sobrecargado de empleados públicos y con un crecimiento estancado del PIB en torno a su potencial.

Es hora ya de que nuestro BC vuelva a los senderos desarrollistas sin pérdida de tiempo ni dilaciones.

*El autor es economista.

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