Así, nos fuñimos

Una sociedad donde las contradicciones a muerte en busca de solución a los problemas más elementales son el pan de cada día, no puede sobrevivir al tiempo.
Esta es una realidad que lamentablemente se viene arrastrando en todos los sectores de la vida nacional, sin que se vislumbre una salida que evite que caigamos definitivamente en el despeñadero.
Mientras el país está ubicado en uno de los primeros lugares del ranking mundial, donde transita la mayor cantidad de carros de lujo, uno de los de mayor consumo de whisky escocés y champagne, más de 400 estudiantes en el sector de Los Alcarrizos, en el corazón del Gran Santo Domingo, reciben docencia en unas casuchas sin los servicios elementales, en peores condiciones que una pocilga.
Asimismo, se tendrá que cerrar una biblioteca en el sector de Capotillo, donde acuden miles de estudiantes, por cinco mil pesos .
Esto es sencillamente increíble, vergonzozo.
Lamentablemente, ese es el ejemplo, ya que ni siquiera la clase política se pone de acuerdo en cuestiones básicas, como es reconocer los resultados de una convención interna. Son solo tres ejemplos de cómo anda todo, y parece que así seguirá. Créanme, si Dios no mete su mano, sencillamente, nos fuñimos.
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