Antigua Casa Rodrigo de Bastidas alberga al Museo Trampolín

Antigua Casa Rodrigo de Bastidas alberga al Museo Trampolín

Antigua Casa Rodrigo de Bastidas alberga al Museo Trampolín

El patio está atravesado por paseos pavimentados. fotos CÉSAR LANGA FERREIRA

En la Ciudad Colonial algunas de las antiguas mansiones después de restauradas se han dedicado a un uso diferente, tal es el caso de la Casa de Bastidas, la que alberga hoy en día el Museo Trampolín.

Esta casa fue construida por Don Rodrigo de Bastidas, llegado a América en el segundo viaje de Cristóbal Colón.

En sus viajes de exploración descubrió las bahías de Cartagena y de Santa Marta en la parte norte de Suramérica, fundando más adelante, en otro viaje, esta última ciudad, la más antigua en el territorio.

A su muerte, ocurrida en Cuba, la casa en Santo Domingo fue habitada por su hijo, del mismo nombre, Deán de la catedral y Obispo de Coro en Venezuela.

Se accede al interior de la vivienda a través de un sobrio y elegante pórtico renacentista realizado en piedras de cantería, formando una arquivolta rebajada en medio de dos columnas adosadas y apoyadas sobre plintos del mismo material.

Encima del arco rebajado existe un entablamento que soporta un coronamiento triangular en cuyos extremos se observan dos pequeñas pilastras en forma de candelabros.

En el espacio interior del triángulo aparece un bajo relieve con una figura antropomórfica de un personaje que pudo haber sido el propio Rodrigo de Bastidas.

Un detalle curioso es que desde los pedestales que soportan las columnas, salen un par de cadenas marineras que se unen a un par de cañones de la época con la característica de que estos están hundidos en la acera, por la boca del cañón, dejando a la vista la parte anterior de los mismos.

Ventanas de protección
Este equilibrado y hermoso portal, está flanqueado por grandes ventanas a ambos lados del mismo.

Estas ventanas con su protección de rejas metálicas, aparte de iluminar y ventilar los interiores, servían para proteger, desde el interior, cualquier ataque que se pretendiera efectuar.

Frente y entrada del museo en la Casa de Bastidas.

La edificación de este inmenso palacio que se comunica con los terrenos de la fortaleza de Santo Domingo por uno de los costados, es de un solo nivel debido a que se encuentra justo al lado de la Fortaleza y la torre del homenaje y un segundo nivel impediría cualquier tiro de defensa.

Patio bien plantado
Los límites de la casa, hacia el este, son los acantilados que se asoman al río Ozama. La planta arquitectónica del inmueble forma un espacio rectangular en cuyo interior se produce la posibilidad de plantar árboles y plantas ornamentales, cosa que ha permitido tener un interior fresco e iluminado.

Y sombreado. En el centro, existe un pozo que contiene agua para el mantenimiento de las funciones de la casa.

En la actualidad este patio está atravesado por paseos pavimentados que permiten unir los dos extremos este y oeste, para comunicar las funciones.

Estos dos elementos arquitectónicos gozan de galerías dotadas de arquerías de medio punto, elaboradas en ladrillo que apoyan sobre columnas.

Los lados norte sur de la edificación con sus cuerpos edificados, comunican sus espacios por el interior. Hoy en día el patio está ambientado con esbeltas palmeras reales, las que forman una majestuosa avenida, además de una vegetación variada salpicando el verde prado.

El montaje del museo
Durante el montaje del museo, los espacios interiores se adecuaron con un trabajo de ambientación museográfica que recrea el universo, los periodos del pasado de la tierra, los comienzos de la era industrial, nuestra era tecnológica y otra serie de aspectos de nuestro mundo y nuestra civilización.

Cuidadosamente ambientado y montado para el publico infantil, mediante colores brillantes, la reproducción de animales y plantas, así como de objetos tanto industriales como de la tecnología actual, con un discurso que emplea términos sencillos, fáciles de entender y asimilar, convierten la experiencia en una aventura en la cual la imaginación de los pequeños se encuentra a sus anchas.

El museo, además, dedica algunos salones a pequeñas aulas para dar oportunidad a sus pequeños visitantes de dibujar y escribir sobre lo que cautivó su imaginación.

Un lugar mágico
Cuenta también con una cafetería equipada para atender los paladares infantiles, hambrientos y sedientos tras sus aventuras por el pasado y el presente.

Al gran patio se le da un uso más que apropiado en este lugar mágico, allí se celebran eventos sociales, ambientados con todas las exigencias que requieren estas celebraciones y el lugar se alegra aun más con los globos de mil colores.

Emblemático

— Estilo colonial
La población infantil de la ciudad, encontró su espacio, en medio de las vetustas casonas coloniales. Es un importante legado a la cultura y educación dominicana, para que niños entre 4 y 12 años adquieran conocimientos.

*Por MARÍA CRISTINA DE CARÍAS, CÉSAR IVÁN FERIS IGLESIAS Y CÉSAR LANGA FERREIRA



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