Altos niveles de comunicación

En noventa y cinco de cada cien hogares dominicanos, hay por lo menos un teléfono celular, según resultados de un estudio de la Oficina Nacional de Estadísticas, que encontró una ligera diferencia en la posesión de estos aparatos en núcleos familiares urbanos y rurales.
Las implicaciones de este dato son variadas. Digamos que en sentido general el dominicano de hoy cuenta con lo necesario para la comunicación telefónica, no importa si está radicado en la ciudad —95 %— o campos —91 %.
Parece una oportunidad que debiera ser aprovechada para la aplicación de formas efectivas de orientación permanente, en el caso de las personas maduras.
Una parte del estudio, relacionada con las tecnologías de la información y comunicación —las denominadas TIC— encontró que la internet está presente en el 61 % de los hogares urbanos y en el 43 % de los rurales, con una exposición significativa de jóvenes entre los 5 y los 19 años, un dato que puede ser aprovechado con fines formativos.
A partir de estas revelaciones del estudio, sociólogos, mercadólogos, sicólogos y siquiatras deberán considerar las determinantes del comportamiento de los individuos y de los grupos.
Ya no se trata sólo de la forma en que puede estar influyendo el medio humano inmediato en una persona o una comunidad, sino de las tendencias remotas o de su entorno con las que puede estar conectado.
En algunos casos, el teléfono no es más que eso, un aparato fijo mediante el cual se pueden establecer conversaciones con personas que se encuentran en lugares distantes, pero ya esos son los menos.
Los denominados “celulares” están prácticamente en el bolsillo de cada dominicano. Y en algunos casos se trata de aparatos sofisticados con los que se puede establecer una comunicación telefónica común, una videollamada, tomar una fotografía, informar en vivo y recibir información en tiempo real desde cualquier parte del mundo.