
El 8 de septiembre se celebró el Día Internacional de la Alfabetización.
La alfabetización y la educación son consideradas cimientos sobre los cuales se puede construir un mundo mejor.
Se estima que las personas que saben leer y escribir están más capacitadas para elegir y llevar una vida más plena; son personas más libres, trabajadores más productivos y menos vulnerables a la pobreza.
En consecuencia, el desarrollo económico, el progreso social y la libertad de los seres humanos dependen, en buena medida, del establecimiento de un nivel básico de alfabetización y de una educación de calidad.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y Cultura (UNESCO), una persona es analfabeta cuando no puede leer ni escribir una breve frase sobre su vida cotidiana.
Se habla también de analfabetismo funcional, que alude a aquellas personas que, pese a tener habilidades elementales de lectura y escritura, no son capaces de desenvolverse en el medio letrado. Un informe reciente de la UNESCO da cuenta de que actualmente hay unos 775 millones de jóvenes y adultos de todo el mundo que no saben leer ni escribir.
Casi dos tercios de esa población son niñas y mujeres, y la mayoría residen en Asia y África. América Latina también tiene lo suyo: según datos proporcionados por los gobiernos de la región, al menos hay 25 millones de analfabetos o iletrados.
En las últimas décadas, se han realizado avances muy significativos en términos de mejora de los indicadores educativos; sin embargo, el analfabetismo sigue existiendo y es una de las situaciones de exclusión más graves que deben afrontarse en nuestras sociedades.
Pero, ¿basta con saber leer y escribir para considerarse alfabetizado? Paulo Freire sostiene que la alfabetización es mucho más que eso. Él la define como la habilidad de leer el mundo, ( ) de continuar aprendiendo.
No solo es el desarrollo de las habilidades de la lectura, escritura y comprensión, sino que implica también la interpretación crítica de la realidad social, política y económica en la que vive la persona.