
República Dominicana cuenta con una envidiable red de presas hidráulicas utilizadas para el almacenamiento de agua para uso humano, agrícola y generación de energía eléctrica.
La construcción de presas no sólo nos proporciona grandes reservas y control de avenidas, sino que también genera microclimas favorables al medio ambiente, protege los bosques y favorece la siembra de cuencas para preservar la vida y disminuir la erosión.
Aunque la isla goza de un excelente régimen de lluvias, con períodos cortos de sequías, es cierto que la distancia desde el nacimiento de los ríos hasta su desembocadura en el mar es muy corta. Por esto, la construcción de presas se presenta como una excelente inversión con buenos retornos financieros, sociales y medioambientales.
Sin embargo, el país necesita adentrarse en nuevos criterios para masificar estos resultados. Para ello, debe implementar sistemas que han sido utilizados exitosamente en otros países. Nos referimos al rebombeo.
El rebombeo para generar energía en horas pico se refiere a la tecnología hidroeléctrica por bombeo, donde se almacena energía.
Esta tecnología permite bombear agua a un embalse superior durante las horas de baja demanda (cuando la electricidad es más barata) y dejar que el agua fluya a través de turbinas para generar electricidad durante las horas de alta demanda (horas pico), equilibrando así el sistema eléctrico y aprovechando la energía renovable.
Existen buenas condiciones en las baterías de presas en el país. En momentos de exceso de electricidad y baja demanda (por ejemplo, durante la noche o en el día con alta generación solar o eólica), se utiliza esta energía para bombear agua desde el embalse inferior al superior.
Ante la necesidad de mayor capacidad de generación, el rebombeo no es solo una solución técnica, sino también económica.
Según cálculos preliminares, el costo del rebombeo en horas muertas en una batería de presas como Valdesia, Jigüey y Aguacate sería de aproximadamente US$0.04 por kilovatio/hora, pudiendo venderse en horas pico entre US$0.09 y US$0.16. Al aplicarlo a todas las presas con estas características, se podría aportar unos 250 MW, lo que representa un aporte significativo, no sólo en capacidad instalada, sino también en el uso de energía limpia y en la protección del medio ambiente.
Las instalaciones necesarias para el rebombeo serían mínimas y su potencial de aprovechamiento sería máximo, incluso en presas cuyos deterioros han afectado gravemente su productividad.
El crecimiento económico que genera una economía tan dinámica como la nuestra requiere de creatividad e inversión. Desde mi punto de vista y mi experiencia de 35 años en el sector, esto es una necesidad que contribuiría, a corto plazo, no solo al aumento de la generación, sino también a que, mediante algún mecanismo financiero, se construyan presas que están en proyecto, como Guaigüí, Artibonito y, definitivamente, se finalicen las que están en proceso.
¡Que así sea!
*Por Johnny Jones