Agripino dejó contados sus testimonios en dos volúmenes de memorias

Santo Domingo. Monseñor Agripino Núñez Collado logró ganarse el reconocimiento como el mediador por excelencia para lograr los grandes consensos sociales o evitar crisis políticas y con su muerte cerró un ciclo que documentó en dos volúmenes de sus memorias.
La tradición dominicana es que esos grandes testigos de la historia se llevan sus vivencias a la tumba, por eso los dos volúmenes de las memorias de Agripino Núñez permitió conocer de primero manos muchos episodios de la historia reciente dominicana.
Por ejemplo, en su primer libro reveló que el discurso de Hipólito Mejía el 16 de mayo del 2004 reconociendo el triunfo de su oponente Leonel Fernández desactivó un movimiento de militares que planeaban alterar el resultado de las elecciones, a lo que el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez había reaccionando con la amenaza de llamar a la población a la desobediencia civil.
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En ese mismo volumen cuenta que la de 1994 fue una campaña tensa y agresiva.
Las elecciones de ese año se caracterizaron por las denuncias de fraude que, según relata el autor, empezaron desde el mismo 16 de mayo a las 8:00 de la mañana cuando José Francisco Peña Gómez lo llamó “alarmado porque en varios municipios los perredeístas no aparecían en el padrón”.
Núñez Collado coordinaba una Comisión de Seguimiento al Pacto por la Civilidad junto con Rafael Herrera, Germán Emilio Ornes, Manuel Ramón Tejada Ruiz, Manuel Bergés Chupani, y Francisco José Arnaiz.
Relata que Balaguer le propuso a Peña Gómez dividirse entre ellos el período.
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“En ese momento, el presidente Balaguer le dijo al doctor Peña Gómez, con mucha tranquilidad: usted sacó más de un millón de votos y yo saqué más de un millón. Es un empate virtual, partamos el pastel”.
Continúa diciendo que Peña Gómez entonces le pidió a Balaguer que se explicara y éste le contestó: “Yo dos años y usted dos años”. Peña Gómez reaccionó chocando la mano con Balaguer y diciéndole: “¡De acuerdo!”.
Sin embargo eso no se materializó porque ninguno de los demás actores estaban en disposición de validar algo como eso.
