En la actualidad, las organizaciones se enfrentan al desafío de liderar equipos con criterios y conductas bien definidas, lo que tiene un impacto significativo en la supervisión y repercute en el rendimiento de toda la organización.
Hoy en día, las organizaciones cuentan con personal altamente capacitado, consciente de sus derechos y responsabilidades, lo que dificulta su gestión sin el cuidado adecuado que merecen.
En tiempos pasados, las organizaciones dirigían equipos que no tenían claridad sobre sus beneficios como colaboradores, lo que daba lugar a situaciones de maltrato en diversas instituciones. La falta de comprensión sobre sus roles y los de sus superiores propiciaba comportamientos abusivos e injurias.
El elevado nivel profesional de los empleados en la actualidad les permite defender sus derechos y exigir su cumplimiento. Esta capacidad de defensa dificulta que los jefes o supervisores abusen de su autoridad.
Una gestión adecuada del personal en las instituciones no solo evitará numerosos conflictos internos, sino que también influirá significativamente en el futuro de la organización. La clave reside en cómo los líderes coordinan las actividades y se relacionan con sus colaboradores.
La filosofía de cualquier empresa debe centrarse en una auténtica administración de personal, teniendo en cuenta los aspectos que afectan a los empleados y asegurando que las interacciones entre los equipos fomenten un ambiente ideal para el exitoso cumplimiento de las responsabilidades asignadas.