Estamos en los días finales del año, pero muchas personas, sobre todo los que llegan desde el extranjero a compartir con sus seres queridos, lo toman como los días más importante de 2015. Ese estado de euforia y felicidad muchas veces los lleva a traspasar los límites de la prudencia.
No importa la condición social, el grado alcanzado en una escuela, o la edad. La vida de una persona siempre constituye el más caro y valioso tesoro que hay sobre la tierra. Tanto por quien vive como por todos los seres humanos que conforman su entorno social.
En ese orden, para estos días de final de año la sociedad dominicana cuenta con el operativo “Convivencia segura por los valores”. En el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) recae toda la responsabilidad de dar el apoyo necesario –con 34,823 personas, entre brigadistas, médicos, paramédicos y militares– para pasar las Navidades sin complicaciones.
Eso incluye que todos los dominicanos debemos poner de nuestra parte. No hay mayor protección y prudencia que la que cada dominicano pueda proporcionarse. Hay que mantener en alto el espíritu y la alegría navideña, pero vamos a hacerlo con suma prudencia y responsabilidad.