Santo Domingo.- La  actuación es un trabajo que debe sentirse para poder trasmitirlo, debido a que consiste en realizar los papeles de los personajes lo más creíble posible; papeles que a la larga si no lo sabes apartar lo llevas a la vida real como es caso de los siguientes actores.

Kate del Castillo, la protagonista de la telenovela La reina del sur parece haberse trasmutado en su personaje y en la vida real logró establecer un acercamiento con el mayor narcotraficante del planeta. Ella cuadró el encuentro con Sean Penny ella es señalada como la encargada de materializar el gran sueño de El Chapo: una película sobre su vida.

Jim Carrey

Jim Carrey consiguió un Globo de Oro como actor de drama por ‘The Man in the Moon’, donde daba vida al cómico estadounidense Andy Kaufman. Se metió tanto en su personalidad que tenía fritos a tus compañeros con sus continuas y absurdas bromas, similares al del comediante al que daba vida en la gran pantalla. No atendía a su nombre: había que llamarle “Andy”.

Cuando Sylvester Stallone rodó ‘Rocky Balboa’, quería que las escenas de lucha fueran lo más realistas posible. Así que le pidió a su contrincante, luchador profesional, que le pegara de verdad durante el rodaje. Una de las veces que le golpeó tan fuerte que llegó a noquearle. ¿Era necesaria tanta violencia?

Mientras que Robert De Niro es famoso por ser uno de los actores más fieles al “método”. Es ya mítica su dieta espartana para interpretar a un corpulento Jake LaMotta en ‘Toro Salvaje’, pero se pasó de la raya al dar vida a un psicópata en ‘El Cabo del Miedo’. Se dejó la friolera de 20.000 dólares en un dentista para que le limase los dientes y así parecer más amenazante.

Daniel Day-Lewis siempre se toma muy en serio su trabajo. Quizá demasiado. En ‘The Boxer’, el actor estuvo entrenando 18 meses con para convertirse en Barry McGuigan, pero quizá su papel más exigente fue el que le valió un Oscar por ‘Mi Pie Izquierdo’. Para interpretar al poeta paralítico Christie Brown, se pasaba el día en silla de ruedas. Y no solo durante el rodaje. Negarse a dejar la silla o a corregir su postura le costó dos costillas rotas.

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