Actor Tony Curtis fallece en su casa en Las Vegas

LAS VEGAS, Nevada, EEUU.- Tony Curtis, un actor versátil que brilló en papeles tan dispares como un agente corrupto en «Chantaje en Broadway», un galán romántico en la comedia «Una Eva y dos Adanes» y un preso que huye encadenado a otro en «Fuga en cadenas», ha muerto. Tenía 85 años.

Curtis murió a las 21:25 del miércoles en su casa de la zona de Las Vegas de un paro cardíaco, precisó el médico forense Mike Murphy.

«Murió plácidamente aquí, rodeado por aquellos que lo amamos y que estuvimos cuidando de él», dijo a la AP su esposa, Jill Curtis, afuera de la casa.

«Todo lo que Tony siempre quiso fue ser un astro del cine. No quiso ser el actor más dramático. Quería ser una estrella, desde que era un pequeño niño».

Curtis, quien se sometió a una cirugía del corazón en 1994 para la aplicación de un «bypass», comenzó su carrera como actor rompecorazones, pero se convirtió después en un intérprete respetado gracias a películas como «The Defiant Ones» («Fuga en cadenas»), película por la que fue postulado a un Oscar en 1958 por su interpretación de un racista convicto esposado a un fugitivo negro, interpretado por Sidney Poitier.

Al año siguiente protagonizó con Marilyn Monroe una de las comedias más aclamadas, «Some Like It Hot» («Una Eva y dos Adanes» o «Con faldas y a loco»), de Billy Wilder.

Su primera esposa fue la actriz Janet Leigh, con la que tuvo a Jamie Lee Curtis. «Mi padre deja un legado de grandes actuaciones en películas y en sus pinturas y ensamblajes», dijo Jamie Lee Curtis el jueves en un comunicado.

«Deja hijos y familiares que lo amaron y respetaron y una esposa y parientes políticos que le fueron devotos. También deja admiradores en todo el mundo».

Curtis tuvo otros cinco hijos. Sus hijas Kelly, también con Leigh, y Allegra, con su segunda esposa Christine Kaufmann, también fueron actrices.

Estuvo casado además con Leslie Allen, Lisa Deutsch y Jill VandenBerg, a quien desposó en 1998.

Con Janet Leigh se casó en 1951, cuando ambos eran jóvenes estrellas del cine; la pareja se divorció en 1963.

«Tony y yo tuvimos momentos maravillosos juntos; fue un periodo emocionante y glamoroso en Hollywood», dijo Leigh, quien murió en el 2004, en una ocasión.

«Muchas cosas maravillosas pasaron, principalmente, dos hermosas hijas». Curtis, cuyo verdadero nombre era Bernard Schwartz, nació en Nueva York en 1925, hijo de judíos húngaros que emigraron a Estados Unidos tras la Primera Guerra Mundial.

Su padre, Manny Schwartz, añoraba ser un actor, pero le fue difícil conseguir trabajo con su fuerte acento europeo.

Se dedicó entonces a la sastrería. Curtis, quien sufrió una adicción al alcohol y las drogas, se superó y regresó a la televisión y el cine y se convirtió también en pintor, con cuadros que llegaron a venderse en 20.000 dólares.

«Me queda aún mucho por vivir», dijo el carismático actor a los 60 años. Curtis actuó en clásicos como «Mi mula Francis», «I Was a Shoplifter», «No Room for the Groom» («Prohibido el paso al novio») y «Son of Ali Baba» («El hijo de Ali Baba»). Saltó a la fama con el papel de Sidney Falco en «Sweet Smell of Success» («Chantaje en Broadway») de 1957, actuando junto a Burt Lancaster.

Le siguieron otras películas de prestigio: «Espartaco» de Stanley Kubrick, «Captain Newman, M.D.», «The Vikings» «Kings Go Forth,» «Operation Petticoat» y «Some Like It Hot». «Fuga en cadenas» fue el único filme por el que fue nominado a un Oscar.

«Creo que no tiene nada que ver con que sean buenas o malas actuaciones», dijo el actor al diario The Washington Post en el 2002.

«Creo que después de una serie de películas que hice en las que creo debió haber cierto reconocimiento, no hubo nada por parte de la Academia». «Mi felicidad y privilegio es que mi público alrededor del mundo me apoya, así que no necesito a la Academia», señaló.