El dirigente político Luis Abinader afirmó ayer que mientras las autoridades del país no definan una real voluntad para enfrentar la corrupción no habrá ninguna política de Estado que funcione efectivamente para reducir la pobreza, la desigualdad y asegurar un desarrollo económico sostenible.

Dijo que tal como lo ha proclamado la Organización de las Naciones Unidas, la corrupción afecta principalmente a los más pobres, porque desvía los fondos destinados al desarrollo, socava la capacidad de los gobiernos de ofrecer servicios básicos, alimenta la desigualdad y la injusticia y desalienta la inversión y la asistencia internacional.

Con motivo del Día Internacional de Lucha contra la Corrupción, conmemorado el 9 de diciembre, reiteró la propuesta presentada al país en noviembre pasado a favor de un plan nacional para rescatar la institucionalidad.