Osmar Benítez, un dilecto y gran amigo que se empeña más por la recuperación del campo dominicano que todos los ministros que ha tenido el país en toda su historia, sobre todo el actual, ha hecho un anuncio alentador que ojalá se concretice. El director ejecutivo de la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD) le llevó la buena nueva a los campesinos del Noroeste que otra vez tendrán la oportunidad de sembrar maní.
Ofreció la información en el programa que todas las noches produce la ex vicepresidenta Milagros Ortiz Bosch, por la Z-101, espacio en el que Benítez se ha convertido en vocero de los productores y a través del cual denuncia a quienes cometen tropelías contra los hombres y mujeres del campo. El caso es que el anuncio de Omar Benítez es una esperanza para quienes hace años tenían el cultivo de maní como principal sustento.
En una primera etapa , ha dicho el también productor de guineos, será facilitado el cultivo de una cantidad indeterminada de tareas en el Noroeste, comenzando por las provincias Valverde, Santiago Rodríguez y Montecristi, así como en Dajabón. Los agricultores de San Juan, Azua y Elías Piña serían apoyados para que vuelvan a cultivar maní, pero esto sería en una segunda etapa.
Habrá financiamiento, asesoría técnica y facilidades para preparar los terrenos, responsabilidad que ha más de tres décadas asumía la entonces Sociedad Industrial Dominicana , conocida hasta hace algunos años como La Marinera. Soy de los que cree que el Estado cometió un grave error al permitir que el cultivo de maní fuera abandonado para dar paso a la importación de materia prima.
Eso hizo que miles de campesinos cayeran en la miseria absoluta, emigraran a los núcleos urbanos, sobre todo a la capital, y ya el país conoce qué ha ocurrido hasta la fecha. Todavía siento nostalgia cuando voy a Las Matas de Farfán y veo las antiguos instalaciones de La Manicera al terminar la calle Damián David Ortiz. Nostalgia porque papá, en este momento en el epílogo de su existencia, lo recuerda también.
Debo admitir, evidentemente, que lo último que se pierde es la esperanza, ese estado ánimo que todos los seres humanos tenemos en el espacio interior y en procura lograr todo lo que deseamos. Es por eso que aplaudo y celebro el anuncio hecho por Omar Benítez, reitero de nuevo el mejor defensor que tienen en este momento los campesinos.
Inmediatamente lo escuché decir eso no perdí tiempo y le puse una llamada a su teléfono móvil para decirle que me identificaba, y efecto lo estoy haciendo, con la iniciativa de incentivar de nuevo el cultivo de maní. Eso lo van a agradecer los campesinos donde será puesto en marcha el programa.
No me explicó, en cambio, qué tipo de maní será cultivado, pero por sus palabras inferí que se trata de una variedad para exportación, no para elaborar aceite comestible, como en aquellos años de la Manicera, vieja corporación que era una especie de paño de lágrimas de los campesinos del Sur profundo, sobre todo los de San Juan, Las Matas de Farfán y Elías Piña.
La esperanza, agrego de nuevo, es lo último que se pierde. Vamos a esperar que llegue ese momento, porque sé que los campesinos se van a sentir bien, se van a integrar a la siembra de este planta, llamada en otros lados cacahuete, por cierto de granos muy sabrosos cuando se les tuesta y se le agrega sal. ¡A cultivar maní!