Es responsabilidad de los comunicadores tomar en sus manos el tema de la violencia contra la mujer, con intención de identificar algunas situaciones que le permitan a ella conocer cuando se encuentre en situación de víctima.
En la primera etapa la violencia es tan sutil que no se nota, luego toma forma de agresión psicológica. Se manifiesta como un atentado contra la autoestima de la mujer.
El agresor la ridiculiza, ignora su presencia, la compara con otras personas, la corrige en público, presta poca o ninguna atención a lo que dice, se ríe de sus opiniones, no toma en cuenta sus iniciativas.
Lo anterior no determina que la persona se manifieste como violento todavía, pero ejerce un efecto devastador sobre la víctima, provocando un debilitamiento progresivo de sus defensas psicológicas, que le produce temores tales como miedo de hablar o hacer algo para no ser criticada, sentirse deprimida, débil, incapaz de tomar iniciativas y de realizar las mínimas tareas que antes, malestar general y pueden llegar a tratar mal a los hijos y a las personas de su entorno.
Ya luego se pasa a la violencia verbal, en la que se refuerza la violencia psicológica. El agresor insulta y denigra, ofende a la víctima, la descalifica, se ríe de su aspecto físico y de su intelecto, la puede llamar loca, la culpa de todo, creándole un clima de miedo constante. Amenaza con agresión física, homicidio o suicidio.
La mujer está en total desequilibrio emocional.
Twitter: @AmalfisDra