A pesar de pagar la entrada, solo bailamos el son político

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Porque: “El Hombre es el niño malo

del Universo”

Por: Rafael R. Ramírez Ferreira

El hombre superior es impasible;

le alaban, le censuran y

sigue impertérrito su camino

  1. Bonaparte.-

Se ha enrarecido de tal manera el ambiente, que siquiera la proximidad de las Navidades se ha dejado sentir. Tramas, argucias y rencores develados pero que eran conocidos por todos; lo que trae a colación si como dijo el encolerizado Señor,“dio su apoyo por el miedo”que sentía, si otro gallo cantaba en esas elecciones; entonces, tendríamos que cuestionar, si el que conoce de un delito y calla, lo oculta y no toma medidas teniendo la autoridad delegada por el pueblo para hacerlo ¿se convierte en cómplice? ¿Es contubernio o qué? A pesar de que siempre he escuchado que a confesión de parte, relevo de pruebas.

Por declaraciones como esta, es que no segaremos en nuestro empeño de cuestionar si en algún momento nuestros políticos pueden o aparecerá la voluntad para colimar sus intereses particulares con las necesidades y aspiraciones de quienes votan por ellos. Se hace cuesta arriba el solo pensar que esto suceda por motus propio, siendo así, porque hasta la fecha ha sido misión imposible y muy por el contrario, cada día se percibe como crecen las distancias entre ambos intereses.

Los mensajes son confusos, y más entre los que no participamos de esas endiabladas estratagemas y componendas a las que nos tienen acostumbrados los políticos cuando andan en pos de sus objetivos. Muchos piensan que en medio de este debacle institucional y político, complicado más aun por la diferencia abismal entre los protagonistas, que la moraleja dentro de estos rencores y venganzas seria, que si anduviste o andas caminando entre cristales, entonces no brinques, lo que nos lleva a pensar que por eso nadie osa desenfundar primero y mucho menos, dejar ver el arsenal con que se cuenta, porque sería una destrucción total y fulminante.

Comprendo que deben ser cuidadosos y les sobran razones, porque con esta máquina para fabricar millonarios en meses, las lealtades se mueven más que un perico ripiao, cosa esta que quizás por primera vez, se manifiesta cruda y descaradamente dentro de esto que ostentosamente nos ha dado por llamar Democracia. Poseen una eficiencia maquiavélicamente peligrosa, no respetan barreras con tal de ejercer el poder que les otorga el dinero que “buenamente” han obtenido.

¿O acaso no se han dado cuenta que el asunto de la corrupción e indelicadezas no se ha tocado, que ha permanecido protegido bajo una cubierta más fuerte que el mismo blindaje e impunidad con que esos actos de desvergüenza han sido ejecutados? Y siento como una realidad incuestionable, que existen personas que pasan toda su vida analizando sus posibilidades, o rumiando sus fracasos cuando ya no tienen oportunidades de remediar o implementar acciones que reviertan el hecho. Y por demás comprendo que hay personas inteligentes –aun sean mudos o sordos-, que son sabias, cultas, valientes y otras tanto todo lo contrario, pero que eso no significa que son mejores ni peores que otros, más bien, solo tienen una cualidad excepcional, el de ser diferentes.

A todo esto y a manera de excusa, debo aclarar que considero la manera en que se lleva a cabo nuestra política, como si fueran leyes, las cuales normalmente vienen acompañadas de sus excepciones y considero que nuestros políticos son iguales, con la diferencia que las excepciones son tan pocas, que esas gotas blancas se pierden en el hondón de las oscuridades que abarcan este ejercicio de la política. ¡Sí señor!

 

 

 



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