¿Hay en el país un peligroso desbordamiento de la delincuencia? Tenemos múltiples opiniones. Unas a favor y otras en contra. La verdad no está en las opiniones. La realidad nos golpea en las calles del país.
Si empezáramos a citar por sus nombres y apellidos a las víctimas callejeras de los últimos seis meses –víctimas de asalto, homicidio y secuestro–, incluyendo a los agentes de la Policía y las Fuerzas Armadas, asesinados para despojarlos de sus armas, no tendríamos espacio suficiente.
Hay quienes plantean que no tenemos un desbordamiento de la delincuencia. Aunque no niegan que se ha incrementado, consideran que han fallado los mecanismos para contener la delincuencia, generada, muchas veces como efecto directo de una descomunal desigualdad social, que incluye falta de oportunidades de empleo, así como sueldos que no contribuyen a que padres lleven una calidad de vida a sus hogares.
Según los expertos no hacemos nada analizando, ensayando teorías y recurriendo a qué dice, en determinado momento, la percepción. Resulta inocultable que hay una gran debilidad de las autoridades. A todos los niveles. No quedan fuera autoridades municipales, a la hora de establecer los orígenes de la debilidad institucional que impide poner un freno a la inseguridad ciudadana. ¿Necesitamos los dominicanos mejores mecanismos para contener el auge de la delincuencia? Sí, de manera urgente.