7 enseñanzas de Duarte

7 enseñanzas de Duarte

7 enseñanzas de Duarte

Altagracia Suriel

Duarte sigue vivo en los buenos dominicanos que se inspiran en él para hacer de República Dominicana un país mejor.

Él nos enseña el valor de la libertad, el amor por la Patria, a luchar por un sueño, a asociarnos por una causa justa y a vivir desde la fe y el desprendimiento.

1. El valor de ser libres
Duarte se rebeló ante el sometimiento de los dominicanos por el régimen haitiano porque no nació para la esclavitud o la servidumbre. Su deseo de libertad es el mismo que tuvieron los grandes hombres que gestaron las libertades que hoy tenemos.

2. El amor a la Patria
Duarte amaba la dominicanidad y sus valores. En su convicción de ser dominicano se sustentó su lucha, como lo refleja la nota que escribió a Rosa Duarte: “Juré en mi corazón no pensar ni ocuparme sino en procurar los medios para probarle al mundo entero que teníamos un nombre propio, Dominicanos, y que éramos dignos de llevarlo”.

Luchar por un sueño
Duarte tuvo una visión de libertad que no se quedó en una quimera. Trabajó para ver realizado su sueño. Puso su persona y bienes en él y lo hizo realidad. Duarte nos enseña que lograr sueños no es fruto de la magia o de la suerte sino de la perseverancia y el esfuerzo.

Asociarnos por el bien
Aún en la clandestinidad, Duarte se unió a otros jóvenes y los comprometió con acciones que cambiarían para siempre el destino de la isla. Inspiró en ellos la valentía y la firmeza para luchar por una Patria libre. Como lo hizo Duarte con la Trinitaria, necesitamos seguir gestando asociaciones que congreguen a ciudadanos que sean protagonistas de la lucha por los derechos y la igualdad.

La fe en Dios
Duarte confiaba en una fuerza superior a él que lo sostenía: Dios. El juramento trinitario se hizo “en nombre de la Santísima, Augustísima e Indivisible Trinidad de Dios Omnipotente” y sus palabras sacramentales fueron: “Dios, Patria y Libertad”.
La fe de Duarte es la misma de nuestra gente y que se sigue expresando en la Bandera dominicana tricolor atravesada por una cruz blanca que simboliza la redención y en un Escudo con la Biblia abierta que exalta la verdad como camino de la libertad.

El desprendimiento
Duarte no luchó para sí mismo. Lo demostró cuando declinó ante Mella declararlo Presidente con el argumento de aceptaría el cargo si se hacía por elección mayoritaria.
Hasta el último día de su vida, Duarte demostró que su causa no se basaba en sus intereses particulares sino en el bien del pueblo y por eso hoy es el Padre de nuestra Patria.



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