Santo Domingo.-De manera natural, afloran en Waddys Jáquez todas las características que hacen ostensible que sea un gran honor estar delante de un actor camaleónico y extraordinario.
Pargo, presentado en la parte atrás del Teatro Nacional, es el resultado de un espectáculo con su propio motor. Ese que exhibe la cruel realidad que pasan muchos mortales con la migración hacía otras naciones, con el objetivo de crecer.
En este circo, con una historia que pasa de pasivo a activo, satirizan el afamado y anhelado american dream o sueño americano.
La actriz cubana Verónica López exhibe, una vez más, esa descarga de talento que lleva consigo con una interpretación llena de ímpetu y encanto, características que logran que cada minuto en el escenario atrape la atención del público al más mínimo de sus movimientos.
Ella ha sido aplaudida tanto en su Cuba natal como en la República Dominicana, país que la ha adoptado.
En Pargo, el teatro, la danza y la música exhiben de distintas maneras la forma de entender e interpretar las artes escénicas. Ciertamente, si había alguna duda del talento de Waddys Jáquez, quedó en el abismo más recóndito.
