¡Pobre Calderón de la Barca!

¡Pobre Calderón de la Barca!

¡Pobre Calderón de la Barca!

Rafael Molina Morillo, director de El Día

Aunque es un cuento muy conocido, tengo que repetirlo con pesar y vergüenza ajena, esperanzado en que algún día no pase de ser un chiste.

Un buen día –este es el chiste- el inspector de Educación visitó de sorpresa una escuela y empezó a hacer preguntas a los alumnos para determinar el grado de sus conocimientos.

“¿Quién escribió el Quijote?” –fue la primera pregunta, la cual ninguno de los veinte estudiantes presentes supo responder correctamente.

Exasperado, el inspector, llevando sus manos a la cabeza, exclamó: “!Oh, pobre Calderón de la Barca, como te han olvidado!”.

Traigo el cuento a colación porque ayer nomás presencié, con motivo del Día de Duarte, cómo una reportera de la televisión preguntaba a los transeúntes: “¿Quién fue Juan Pablo Duarte?”, y la mejor contestación fue: “!Ay!, se me olvidó”.Otras respuestas fueron: “Fue un hombre muy bueno”, “Yo sé, pero ahora no me acuerdo”, y “Eh… bueno… esa no me la sé”.

Por fortuna, el país está empeñado en una intensa campaña educativa, y eso está muy bien. Abrigo la esperanza de que para el siglo 22 talvez ya sepamos que Calderón y Duarte no son refuerzos que vienen para las Aguilas Cibaeñas.



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