“Mami no puede estar muerta, búsquenla”

“Mami no puede estar muerta, búsquenla”

“Mami no puede estar muerta, búsquenla”

Las Cejas, Nagua.-Al llegar a la humilde vivienda de la familia Martínez-Rondón, ubicada en esta laboriosa comunidad, más que un ambiente de dolor se percibe una gran desolación por la muerte de seis de sus integrantes en un mismo accidente de tránsito.

Como un álbum que nadie desea tener, en la sala de la casa se observa un altar con una sábana blanca donde están colocadas las fotos de las víctimas mortales.

“Cuando me dieron la noticia que mi familia había muerto me puse loco y me fui al lugar donde ocurrió el accidente”, narró cabizbajo Ciprián Germosén, a quien la tragedia lo dejó sin sus dos hijas menores y sin su esposa.

Salían de celebración

El hecho que ha consternado a los nagüeros ocurrió alrededor de la una de la madrugada del lunes, cuando las víctimas se dirigían a sus hogares por la carretera Nagua-Sánchez.

Horas antes estaban celebrado el triunfo de un equipo de softball de la zona.

Santa Germosén Martínez, quien salvó su vida del accidente porque venía delante de los dos motores que fueron embestidos por un carro, narró que todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos.

“Escuché un pun y miré para atrás y vi varios cuerpos volando. Ahí mismo empecé desesperada a gritar: ¡mi mami no puede estar muerta, búsquenla, búsquenla!”, recordó Germosén Martínez de tan solo 19 años.

Con sus llantos se refería a su progenitora Andrea Martínez Frías, de 31 años, madre de las menores María Virgen y María Altagracia Germosén Martínez, quienes también fallecieron en la colisión.

“Ay mis manitas”, eran los otros lamentos de la joven cuando se encontraba en medio de la tragedia.

El impacto fue tan fuerte que llevó el cadáver de José Manuel Martínez al techo de una vivienda que se encontraba a varios metros del lugar, razón por la que fue hallado cuando salió el sol. Cila Ventura, dueña de la casa donde cayó el cuerpo, explicó que la escena del accidente era traumática. “Había pedazos de carnes tirados por todos lados y sangre como si esto fuera un matadero.

No nos dimos cuenta que teníamos un muerto encima de nuestra casa porque la parte donde cayó es de plato”, expresó la mujer.
Las otras dos víctimas del hecho fueron identificadas como los hermanos Reinaldo y Alfonso Rondón García, de 24 y 22 años, respectivamente.

“Eran mis dos niñitos que ahora me han dejado solo”, dijo desconsolado Lucrecio Rondón, padre de los jóvenes. Por su lado, Diego Ventura, quien conducía el carro que embistió a los occisos resultó con múltiples heridas.

Víctimas eran personas honradas de Nagua

Las dos menores que murieron en el accidente ocurrido en la carretera Nagua-Sánchez eran estudiantes de segundo de bachillerato con planes de ir a la universidad.

La madre de ambas, quien también falleció en el hecho, se dedicaba a realizar labores domésticas. Mientras que los otros tres jóvenes involucrados se ganaban la vida en labores agrícolas.

“Nos tratábamos como hermanos todos aquí. Es una pena que hayan muerto de esa forma, ellos no se merecían morir así”, manifestó una de las vecinas de la familia de las víctimas.

Cinco de los cadáveres fueron enterrados el mismo día de la tragedia en el cementerio del distrito municipal de Matancitas de donde eran oriundos los occisos.

Las autoridades de la zona ordenaron tres días de duelo, ya que aunque frecuentemente ocurren accidentes por la zona, pocos son de tal magnitud.



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