Las enseñanzas de la Historia

Las enseñanzas de la Historia

Las enseñanzas de la Historia

Rafael Chaljub Mejìa

Ahora que se promueve la formación de una amplia coalición opositora para enfrentar el continuismo del partido en el poder, vale la pena traer a cuento una experiencia relativamente reciente de nuestra historia política, que puede resultar útil, especialmente para los líderes perredeístas.opinion 31

Estos son los hechos. Corría el año 1973 y marchábamos a toda máquina hacia la coyuntura electoral de 1974.

La idea de formar un frente contra la pretensión reeleccionista del presidente Joaquín Balaguer, idea sostenida por mucho tiempo y de manera solitaria por el Movimiento Popular Dominicano, había ganado fuerza y hasta Juan Bosch, el más constante y rabioso opositor a esa propuesta, había terminado por admitirla y trabajar por su realización.

Así, bajo su égida, se constituyó el 8 de noviembre de 1973 el Bloque de la Dignidad Nacional. Aquí confluyeron la izquierda, excepción hecha del Partido Comunista Dominicano, y la derecha opositora, con el Partido Revolucionario Dominicano como centro, por supuesto.

Parecía que a la reelección de Balaguer se le bloqueaba el camino. Pero la vida y el mismo PRD de siempre le tenían una jugada guardada a la causa democrática y a poco andar del señalado bloque se produjo la división de ese partido, precipitada con la renuncia del profesor Juan Bosch el 17 de noviembre.

Y el 15 de diciembre se agregó un nuevo nombre a la nómina del partidismo político, con la fundación del Partido de la Liberación Dominicana.

La división del campo antibalaguerista se hizo insalvable. Bosch mantuvo su propio bloque, el de la Dignidad Nacional, mientras alrededor de su rival, José Francisco Peña Gómez, se constituyó otro frente, el Acuerdo de Santiago.

Con Bosch siguió una parte de la derecha y la mayor parte de los grupos de izquierda, mientras en el Acuerdo se aliaron al PRD, con Peña a la cabeza, el Partido Quisqueyano Demócrata, el Revolucionario Social Cristiano y el MPD.

El Bloque de la Dignidad Nacional tuvo muy corta vida, el 17 de marzo de 1974, murió de espanto, cuando, en su primera manifestación de masas, bajo el argumento de que uno de los oradores había hablado varios minutos más del tiempo acordado, Juan Bosch intempestivamente, se retiró del acto y allí mismo quedó sellada una división más.

El Acuerdo de Santiago, de su parte, emprendió una potente campaña de movilizaciones a nivel nacional, mantuvo bajo asedio a la dictadura continuista de Balaguer, que respondió con una de sus acostumbradas olas de violencia.

Aún así la movilización de masas se mantuvo. No obstante y pese a las grandes dificultades que enfrentó, la dispersión originada en la lucha de grupos en el partido más influyente de la misma, el mismo PRD de siempre, abrió la brecha por la cual el presidente Balaguer, como su amado jefe en otros tiempos, siguió a caballo y se reeligió por cuatro años más.



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