Zona Colonial: obras viales afectan accesibilidad y golpean comercios

La Zona Colonial, corazón histórico y cultural de Santo Domingo, que atraviesa un proceso de mejora y embellecimiento de sus calles, se ha convertido —al menos por ahora— en un obstáculo para comerciantes y visitantes que solían disfrutar con regularidad de sus encantos patrimoniales.
Estas obras de intervención vial han traído consigo más que polvo y maquinaria, han dejado múltiples quejas por tapones, desvíos, falta de parqueos y, lo más grave, la caída del flujo turístico y comercial, según pudo contactar mediante un recorrido El Día.
Fermín Alcántara, quien viajó desde Manoguayabo, en Herrera, con la intención de pasar un domingo en familia, se topó con un panorama frustrante.
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“La vía que uno entraba por el parque Independencia está cerrada. Tuvimos que dar una vuelta larguísima, casi por la avenida Mella, para poder entrar”, relató a El Día.

Alcántara explicó que tardó más de 15 minutos en conseguir un parqueo privado, por el cual debió pagar RD$50 por hora.
“Es una pérdida de tiempo y dinero. Uno viene a disfrutar y se encuentra con este caos”, dijo con visible molestia.
Para José Miguel Encarnación, comerciante de joyas, la experiencia fue similar. Afirmó que tardó alrededor de 40 minutos adicionales para poder ingresar a la zona y ubicar un espacio donde estacionar.
“Siempre hay tapones, pero ahora es peor. Las calles cerradas hacen todo más difícil. Encontré un parqueo, pero privado y lejos”, señaló, quien al mismo tiempo, expresó que se necesitan soluciones rápidas que mejoren el caso en este centro cultural.
Nilda Reynoso, de Monte Plata, lamentó que la zona haya perdido parte de su atractivo.
“Antes uno venía a caminar, a pasar el día con los niños. Pero ahora es peligroso caminar con ellos, las calles están rotas y hay que estar muy atento. Muchos negocios han cerrado porque no llega gente”, denunció.
Bajas ventas en comercios
Esta situación no se limita a los visitantes, sino que también ha generado reducciones en las ventas de los comercios.
Según Shantal Cornier, del restaurante Café De France, el flujo de clientes ha disminuido drásticamente.
“A veces vendemos, a veces no. Pero ahora, casi nada, llegan dos o tres, pero todo depende de la temporada, ahora no están viniendo mucho”, comentó.
Massiel Pérez (nombre ficticio), empleada del Café Roma, atribuyó la baja a dos factores concretos: la falta de parqueo y de espacios para los niños.
Según ella, muchas familias evitan ir a la zona porque no tienen dónde dejar el vehículo ni dónde entretener a los más pequeños.
Los testimonios coinciden en que las autoridades aceleren los trabajos y mejoren la planificación urbana para que las intervenciones no terminen dañando lo que buscan mejorar.