Pekin.-Aunque el yuan está bajando a nuevos mínimos frente al dólar, la divisa china se fortalece ante sus pares.
Esto implica un dilema para los políticos del país, que buscan detener un desplome de las exportaciones y apuntalar una economía que crece a su ritmo más bajo desde 1990.
El tipo cambiario de China subió la semana un 0,6 por ciento ante una cesta ponderada de divisas, su principal avance en tres meses, pese a la bajada de un 0,8 por ciento frente al dólar estadounidense, al punto más bajo en seis años.
Frente al euro y el won de Corea del Sur, el yuan ha subido al menos un 0,7 por ciento.
Con los últimos datos, que muestran que los envíos chinos al exterior cayeron un diez por ciento el mes pasado frente al mismo período del año anterior, el apoyo a una divisa más débil crece.
El dilema al que se enfrentan los responsables está en cómo permitir un ritmo de depreciación más rápido frente al dólar sin provocar grandes salidas de capital como las ocurridas en enero de este año y en agosto de 2015.
“Dada la actual fuerza del dólar, va a ser difícil que la cesta se debilite”, ha opinado Perry Kojodjojo, estratega de Deutsche Bank AG en Hong Kong.
“En última instancia, si quieres que las exportaciones sean más competitivas gracias a tu divisa, necesitas que la divisa sea débil, pero el problema es que esto crearía riesgos sistémicos, con los que es muy probable que las autoridades del Banco Popular de China no se sientan cómodas”.
Las autoridades chinas lo tuvieron más fácil a comienzos de este año, cuando las escasas probabilidades de una subida de los tipos de interés por parte de EE. UU. estimularon la debilidad del dólar.
Al permitir que el yuan subiera menos frente al dólar estadounidense que sus pares, el índice CFETS RMB, compuesto por 13 divisas, descendió de forma estable sin causar alarma. Aunque este indicador ha continuado bajando hasta un 6,2 por ciento este año, ha permanecido por encima de su mínimo de dos años desde el 23 de agosto.
Los riesgos de una depreciación más rápida quedaron de manifiesto en agosto del año pasado, cuando las autoridades devaluaron inesperadamente la moneda.
Después de una subida de más de un 50 por ciento en el tipo de cambio efectivo real durante la pasada década, había razones de peso para debilitar el yuan.
Sin embargo, el resultado fue que el pánico se extendió por los mercados internacionales y se produjo un récord de salidas de capital, lo cual llevó al gobierno a reducir sus reservas de divisa extranjera para estabilizar el tipo de cambio y endurecer los controles sobre la salida de capitales.
El yuan cayó un 0,2 por ciento, a 6,73 por dólar, ayer. Cayó un 0,1 por ciento frente al índice ponderado de divisas.