Yo soy dominicano

Yo soy dominicano

Yo soy dominicano

Estoy convencido de que, para promover y confirmar el vínculo con la Patria que nos vio nacer, como ciudadanos podemos practicar de forma cotidiana la acción de exponer lo mejor de nuestro país, ya sea entre nuestros conciudadanos y también con extranjeros.

Es el caso de muchos dominicanos que nos encontramos en la diáspora, en quienes percibimos siempre ese deseo con brío de contar la historia del país. Particularmente, teniendo la oportunidad de vivir en la ciudad de Río de Janeiro, Brasil, puedo narrar que al momento de presentarme como dominicano ante un brasileño/a, especialmente el “carioca” como se le llama al natural de esta ciudad, recibo un gesto de asombro seguido de aquella frase que muchos hemos escuchado, ¨sus playas son hermosas” y uno siente ese orgullo, más cuando dicho halago proviene  de una persona que vive en un estado que está lleno de playas con historia e impregnadas de hermosura, tales como, Copacabana, Ipanema, Leme, Vermelha, Leblón, entre muchas otras.

Todo aquel que ha tenido la oportunidad de visitar nuestra nación o que por lo menos, ha visto contenidos en internet o alguna publicidad de nuestras costas, se deleita con el nivel del azul de nuestras playas y el prodigioso paisaje que les rodea, de seguro se imagina esa cálida brisa caribeña, que unida al agua del mar producen esa sensación de que está en un verdadero paraíso tropical, como de hecho lo es.

Indudablemente que Playa Rincón, Cayo Levantado en Samaná, Bahía de las Águilas, Playa Bávaro en Punta Cana, Isla Saona, por mencionar algunas, así como otros tesoros naturales a lo largo y ancho del país, enamoran a cualquier ser humano.

En ese mismo tenor, en varias ocasiones personas que han tenido la oportunidad de visitar República Dominicana hacen referencia sobre el merengue, la bachata, los productos, destacando el café, el tabaco, la gastronomía, la cultura en su conjunto, etc.

Esto es sumamente importante, pero, siempre digo que se destaca en nuestra marca país, de lo mejor que tenemos, es la amabilidad que nos caracteriza como pueblo.

Todo lo anterior no sería hoy una realidad sin el proyecto patriótico que ideó nuestro Padre de la Patria Juan Pablo Duarte y Diez, junto a los trinitarios. El resultado de sus objetivos y luchas otorgó al país la victoria de ser libre e independiente.

Ser dominicano implica que estamos unidos a un Estado que se rige con la frase: “Dios, Patria y Libertad” como resultado del ideario Duartiano, prócer fundador de nuestra estirpe, quien abrazó a la educación como una manera de triunfar en la vida, un maestro desprendido de sus conocimientos y bienes materiales para la Patria que tú y yo podemos decir que tenemos.

República Dominicana, nuestro hogar el cual de manera firme e inmutable debemos defender, creando cada día conciencia del significado de nuestra independencia proclamada, de aquellos que posteriormente levantaron la bandera del protectorado y la anexión que buscaba declarar como algo común toda la sangre derramada por los patriotas, proceso el cual no prosperó.

Hagamos conciencia de nuestra lucha por la libertad tal y como el ilustre Duarte lo expreso: Dios ha de concederme bastante fortaleza para no descender a la tumba sin dejar mi Patria libre, independiente y triunfante. Cierro la cita.



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