El Día 
La campaña no pudo ser más efectiva. Me atrevería a apostar a que todo el que vio por televisión o escuchó por la radio las cuñas en que los niños preguntaban a sus papás si habían sacado los marbetes correspondientes a este año para poder transitar por las calles y carreteras del país, sonrió de buena gana motivado por su gracia y originalidad.
Pero una cosa es llamar al Diablo y otra el verlo llegar. El plazo para pagar el impuesto en cuestión se venció, y aquellos acostumbrados a la cultura de la prórroga se quedaron como perico en la estaca. La Amet y la Dirección de Impuestos Internos estuvieron muy activos ayer sacando de la circulación a los vehículos desprovistos del mentado marbete, dando así un ejemplo de lo que debe hacerse en todas las ocasiones en que tantos dominicanos se descuidan en el cumplimiento de sus deberes.
Sé que esta columna, por lo menos en el día de hoy, no va a resultar nada simpática para muchos, pero ya es hora de que dejemos de ser tan tolerantes con los morosos en temas de civismo y deberes ciudadanos.
La acción de la Amet y la DGII debe ser emulada por otras instancias de la administración pública que, de ese modo, contribuirían al mismo tiempo a la educación de nuestro pueblo, que talvez así aprenda a no esperar prórrogas una vez que un plazo cualquiera ha sido señalado.
¡Adiós a la cultura de las prórrogas!
